A un mes… y no hay aeropuerto.

Lo barato sale caro, sentencia infalible el adagio. El aeropuerto cancelado iba a costar 100 mil millones de pesos, al final costó para su cancelación aproximadamente 300 mil millones de pesos, esto es 3 veces más y sin la hechura (cifras ASF). El nuevo aeropuerto de Santa Lucía va costando (porque no se han cerrado cifras) 84 mil millones de pesos (cifra ASF), sin contar los puentes y caminos que aún no existen no se han terminado y difícilmente estarán listos para el próximo 21 de marzo.
Para que tengan dimensión, el aeropuerto cancelado tenía más de 164 puertas de contacto para aviones, lo cual se traduce en vuelos administrados al mismo momento; el de Santa Lucía sólo cuenta con 14. Para el aeropuerto de Santa Lucía actualmente, se tiene una ruta con la cual es la Carretera México-Pachuca, cobra peajes desde el centro de la CDMX, no ha sido ampliada y actualmente está saturada (sobre todo los fines de semana); ahora, imagínense con un aeropuerto con flujo de gente.
En Santa Lucía no hay Metrobús, no hay Camiones, no hay Metro, lo que implica ya sea una falta de planeación, puesto que mucha gente viaja actualmente sin transporte propio; o una discriminación carroñera, puesto que la gente que no tenga medios propios no podrá transportarse a menos que lo solicite en servicios de taxi especial, esto en la inteligencia de que ni los UBER ni los DIDI, van a poder realizar servicio en el lugar según el Director General del Aeropuerto que ya lo ha declarado.
Hace una semana fue noticia que una trabe cayó sobre una camioneta blanca que circulaba sobre la México-Pachuca, llevando al conductor al hospital, lo que omitieron los medios fue que no fue una sino dos, y que esas trabes son para uno de los pasos vehiculares que no han sido terminados para el aeropuerto de Santa Lucía. Esto aumenta la poca confianza que hay en las obras del gobierno Morenista.
AMLO va a inaugurar a como dé lugar su Aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía, esté con fallas, le falte, sobre, haya servicio o no, es un hecho que su orgullo no le va a permitir cambiar la fecha, lo que conlleva que muchas de las obras vayan a presentar deficiencias por hacerlas a las carreras.
Lo único claro es que, no hubo ahorro de ninguna índole en el cambio de sede del aeropuerto, ni fue más transparente puesto que el 80% del dinero fue adjudicado por contratos directos, no por concurso, (según México Evalúa) y al final, le sumamos que el avión presidencial sigue en el hangar oficial generando gastos, sin venderse y sin utilizarse.
Esperamos que en esto días empiecen a indicar la manera en que se va a trasladar la operatividad de un aeropuerto al otro, puesto que ya está indicado que, por seguridad, no pueden operar los dos al mismo tiempo, claro recalco que falta un mes y no se han establecido estar reglas ni publicaciones a los ciudadanos que utilizarán de sus servicios.
Espero que no, pero preparémonos para nuevos tropiezos administrativos por parte del Gobierno Federal, que espero también, no cuesten mucho, y menos, que cobren vidas humanas, porque eso es a lo que nos arriesga AMLO a todos, con estas obras al vapor.
Entonces, esperemos lo peor para no decepcionarnos.