Batallas innecesarias
- Elva María Maya Marquez
- 16 febrero, 2022
- Columnas
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El día a día está lleno de infortunios, de sucesos que no podemos controlar, de seres humanos que son eso, seres humanos imperfectos que se equivocan, que cometen errores. Las personas con las que se convive no siempre serán de total agrado, pero en ocasiones la vida no brinda demasiadas opciones y debemos aprender a convivir y coexistir con ellas y ellos. Invariablemente existirá aquella persona que nos resulta incómoda, que podemos considerar algo así como una basurita en el ojo pero que en ocasiones se convierte en una roca en el zapato. Sin embargo, la inteligencia y la razón debe estar por encima de la ira y el enojo para escoger nuestras batallas, saber cuáles vale la pena dar, cuales es inútil siquiera intentarlo y sí, comprender que en más de una ocasión cuando se pierde, también se gana.
El presidente López Obrador como cualquier mortal, es visceral, se enfada y también contesta, la diferencia es que desde el lugar que ocupa en las conferencias matutinas, todo señalamiento hacia una persona en particular será totalmente desequilibrado y se corre el riesgo de que aun teniendo la razón, aclaro, si ese fuera el caso, la narrativa planteada se puede revertir y victimizar a quien no se debe.
Todo esto lo menciono para hablar de esta “bochornosa” situación que ha circulado por diferentes medios de comunicación, el sueldo de quien se nombra como periodista, un hombre que en 2005, aprovechó el espacio que tenía en un noticiero matutino para realizar un montaje sobre la detención de una mujer francesa: Florence Cassez y la banda de secuestradores “Los Zodiacos”, pero antes, en 2001, fingió realizar una cobertura en un momento de aparente bombardeo en Afganistán, y así, hacerse pasar o autonombrarse como un corresponsal de guerra que arriesgaba su vida haciendo un enlace al noticiero de nada más y nada menos que de Joaquín López-Dóriga.
Carlos Loret de Mola, hombre al que hoy se intenta defender y que de acuerdo con hechos comprobables es un mentiroso, un farsante, un individuo dispuesto a llevar a cabo escenas como las antes descritas por dinero, es lo que une a más de uno a decir #TodosSomosLoret ¿En verdad se asumen bajo los “principios” de este sujeto? Afortunadamente en este México plural y diverso, existen quienes jamás, ni en el peor de los escenarios queremos ser Loret. Jamás.
El presidente se equivoca al dar a conocer la información de este periodista cayendo en un exceso y un abuso en el ejercicio del poder, haciendo señalamientos muy serios donde regala una valiosa oportunidad de ataque a una oposición integrada por medios de comunicación, empresarios, políticos y hasta organizaciones de la sociedad civil que evidentemente se encuentran molestos por haber perdido los privilegios que tenían en gobiernos anteriores, y al no tener un proyecto real, se valen de este tipo de notas para ir en contra de él y de su proyecto de gobierno.
No se trata de defender a uno o a otro, eso cada uno lo hará, pero el tema es otro, como sociedad estamos en una batalla que no lleva a ningún lado, la desigualdad, la pobreza y la cultura del privilegio es lo que debería unirnos y no solo en redes sociales, sino en proyectos concretos en beneficio de este México tan golpeado, donde la situación en materia política, económica y social, no pinta nada bien.
Pretender enaltecer a un sujeto así diciendo #TodosSomosLoret, es no recordar que gran parte de los vacíos en cuanto a información en la historia de México, se deben a ese tipo de periodismo practicado por personajes como; Jacobo Zabludovsky y Joaquín López-Dóriga, solo por mencionar algunos ejemplos de la televisión abierta que son parte de la misma línea de Loret de Mola, hombres que han servido a los intereses del poder para evitar que se conozca la realidad de nuestro país y no permitir una correcta apreciación de lo que realmente estaba ocurriendo y que Televisa con sus noticieros y conductores considerados estelares, han sido corresponsables de la degradación del país al ejercer un periodismo que lleva como bandera el servilismo y el engaño.
Seis periodistas, pero periodistas de verdad, no mentirosos ni farsantes son los que han perdido la vida en lo que va de este 2022, y no he visto una etiqueta que mencione #TodosSomos: Heber López (10 de febrero) Marcos Ernesto Islas (6 de febrero), Roberto Toledo (31 de enero), Lourdes Maldonado (23 de enero), Margarito Martínez (17 de enero) y José Luis Gamboa (10 de enero). Elijamos mejor nuestras batallas, no nos desgastemos innecesariamente, López Obrador se irá, y de nosotros depende exigir medios de comunicación comprometidos con su razón de ser, el informar de manera veraz y oportuna a la sociedad, y no al gobierno en turno.