Las YPJ, las amazonas del Kurdistán
- José Edgar Marín Pérez
- 22 julio, 2021
- Columnas
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En la mitología helénica, las amazonas eran una tribu de mujeres guerreras antagónicas a los griegos, que libraban luchas contra héroes legendarios como Hércules o Aquiles, mismas que se hicieran celebres por los relatos de Homero en la Ilíada. Bajo esta óptica, la revolución mexicana ofreció también la figura emblemática de las “adelitas o soldaderas”, féminas que formaron parte de los ejércitos comandados por los generales revolucionarios.
Siguiendo esta tónica, a partir del 2012 un grupo militar insurgente, conformado exclusivamente por mujeres ha llamado la atención de la comunidad internacional, las Yekîneyên Parastina Yin, YPJ (Unidades Femeninas de Protección), milicia guerrillera sectorizada a las Yekîneyên Parastina Gel, YPG (Unidades de Protección Popular), pero con autonomía estratégica, brazo armado del Partido de Unión Democrática que busca la soberanía del Kurdistán.
En este sentido, surge el cuestionamiento: ¿Quiénes son los kurdos?, a manera de respuesta “[…] son una etnia que habita principalmente en parte de Turquía, Siria, Irak e Irán, […]. El pueblo kurdo posee una historia común y, a pesar de la existencia de dialectos diferentes de acuerdo a su ubicación y de que no todos sean musulmanes suníes, comparten una cultura que será importante en la demanda por el reconocimiento de un territorio para su nación” (Gómez López, 2017, pág. 4). Se resalta, que desde finales de la Primera Guerra Mundial, los kurdos han luchado en estos Estados por obtener su independencia y autonomía territorial a través de la implantación de un sistema federal, es decir, rechazando cualquier gobierno teocrático. A partir de ese momento, han sufrido la persecución militar, tal es el caso de la “Operación al-Anfal”, que fue un genocidio de kurdos realizado entre 1986 y 1989, por el gobierno de Sadam Hussein, a través de la utilización de armas químicas, o bien, la persecución del gobierno sirio de Bashar al Ásad después de la primavera árabe en Túnez, Egipto y Libia.
A partir del año 2011, el pueblo kurdo principalmente en la zona de Rojava (hoy Siria), ha enfrentado una nueva amenaza, el surgimiento y combate del grupo terrorista Estado Islámico (EI, ISIS o Dáesh), que además de disputar el control de ciudades como Alepo o Kobane, han sembrado el germen del fundamentalismo islámico y violentado los derechos humanos en la región.
En este contexto surgieron las YPJ, conformado principalmente por “Niñas que quieren ser guerrilleras de mayores y chicas casadas a la fuerza, sin derecho a separarse, y con hijos que no han decidido tener” (Rodó-de-Zárate & Jorba, 2016, pág. 181). Se puntualiza que un número considerable de estas mujeres soldado, se unieron a las YPJ después de ser secuestradas, abusadas sexualmente de forma multitudinaria, o después de haber sido vendidas como esclavas para matrimonios forzados con miembros del ISIS o para la prostitución.
Por otro lado, “El YPJ, como un ejército de mujeres, también ha servido para emancipar a las mujeres en una sociedad extremadamente conservadora, donde el patriarcado es todavía una fuerte corriente subterránea en la vida social […] existen diferencias cruciales entre el YPJ y otros ejemplos de mujeres que participan en la guerra. La razón, es que al unirse al YPJ las mujeres se liberan así mismas de los vínculos patriarcales y obtienen el control de sus propias vidas” (Cegmil & Hoffmann, 2016, pág. 66). En este entendido, la lucha emprendida por las YPJ constituye un esfuerzo por la reivindicación de los derechos no solamente del pueblo kurdo asolado por el EI y el gobierno sirio, sino también en favor de las mujeres.
Bajo este tenor, “La imagen de la guerra connota fuertemente al patriarcado, la masculinidad y al hombre, es una arena en la que la mujer no es bienvenida y que en muchos casos no se cree que pertenezca a menos de que se encuentre en el papel de víctima. Para decirlo crudamente, en el dominio de la guerra a la mujer nunca se le presenta dentro de la victoria, siempre es la víctima, o bien, es invisible a ésta” (Duzgun, 2015, pág. 9). Siguiendo la óptica de las luchas por la equidad de género, las posturas feministas entre oriente y occidente, distan mucho entre sí, es decir, los postulados de estas pugnas son dictados por la sociedad en turno. Mientras en occidente la agenda de género está compuesta por una serie de prerrogativas fundamentales o accesorias a otros derechos consolidados previamente, en oriente medio las YPJ están luchando por la independencia de su pueblo, es decir, es una gesta heroica por un Kurdistán libre, pues solamente de ésta manera lograrán que las mujeres sean consideradas primeramente como sujetos de hecho y de derecho, para después marchar juntas hacia la conquista plena de sí mismas y romper con la invisibilidad social.
Twitter: @EdgarMaPe
Referencias:
Cegmil, C., & Hoffmann, C. (mayo 2016). The ‘Rojava Revolution’ in Syrian Kurdistan: A Model of Development for de Middle East. IDS Bulletin, 47(3), 53-76.
Duzgun, M. (2015). The Kurdish Women’s Movement: Challenging gendered militarization and the nation-state. (U. Westminster, Ed.) Cultural & Critical Studies MA, 1-43.
Gómez López, J. (2017). La crisis en Siria y el Estado Islámico: Una oportunidad para la materialización del proyecto kurdo del confederalismo democrático en Rojava. Bogotá.
Rodó-de-Zárate, M., & Jorba, M. (enero-julio 2016). Nuevas piedras para la reconstrucción de Kobanê: Una revolución feminista en Kurdistán. Revista Latino-americana de Geografia e Gênero, 7(1), 178-186.