EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 20 julio, 2021
- Columnas
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“Cuando vives esperando que la vida funcione como queremos, que las cosas salgan como nos gusta, o que los demás nos traten como creemos que merecemos, en realidad estamos siendo esclavos de lo que esperamos. No esperes nada de nadie, espéralo todo de ti”
Nunca es tarde para entender, comprender y tatuarse que las expectativas por muy bajas o altas que sean, llegan a producir decepción y desilusión, y es ahí justo el punto de inflexión donde finalmente dices: ¡basta! No hay batalla más dolorosa que saberte en el destierro y en la profundidad de la oscuridad, sin embargo, el sol sale todos los días y presenta oportunidades mágicas de levantarse y ganar, por tanto, las aspiraciones deben ser de un nuevo nivel, no estancarse, no dejarse bajonear, no permitirse el lujo de verse y saberse mal para otros, y mucho menos ahogarse en un vaso con agua, ahí está y radica la grandeza de unos y la pobreza de terceros…
Así pues, de pronto (re) aparecen estrellas que resultaban inalcanzables o hasta imposibles, de a poco se van surcando las fibras más sensibles del pensamiento y del interior con tal de seguir en pos de la victoria, pero también muchas veces, tal vez, incluso, en la mayoría de las ocasiones cuesta cargar con la derrota y es ahí donde surge el verdadero guerrero(a) y la enseñanza más el aprendizaje ya no es más nunca teoría, es una posibilidad de resurgir y crear cambios definitivos para erguirse con un mejor y mayor porvenir, así es el deporte y la vida misma, las aspiraciones las tienen todos aquellos que se levantan con la mística idea de formular un camino directo hacia la felicidad, al triunfo y canalizarlo al interior de la familia nuclear y ampliarlo a la sociedad, esto significa que una vez alcanzadas las metas no hay poder humano que destruya lo conseguido, solo se dejan de lado las frustraciones, las agresiones verbales y físicas, la pesadumbre y las mala vibra de “algo” que no es para uno.
Eso lo sabes, lo sientes y lo vibras, te das cuenta y por tanto lo mejor es aspirar a grandes cosas, por ello cuando somos testigos de las grandes hazañas de quienes se han levantado de la derrota, de la manipulación, de la opresión, del hostigamiento y el hartazgo a todo nivel, el del dolor a cualquier situación, eso es digno de reconocer, de validar y de empujar conjuntamente para fortalecer un nuevo ciclo de vida. Quienes han caído diez veces, se han levantado 15 y aún siguen soñando que es muy distinto a crear y creer falsas expectativas, porque el trabajo diario te da la visión de lo que realmente permea, no cesas en el intento y te regodeas cuando consigues el objetivo. El deporte nos muestra el mejor panorama de esto, porque muchas, pero muchas ocasiones vemos como, por ejemplo, en el pugilismo quien prácticamente está noqueado resurge como el ave Fénix y coloca a su rival en la lona para solo levantarse después de haber sido derrotado; esta condición es fiel reflejo de que para ser campeón se tiene que pasar por escenarios muy difíciles, por aduanas casi imposibles, pero cuando llega la tan ansiada oportunidad (así se tarde 10 años) se hace con entereza y gallardía con la capacidad combinada de mente, cuerpo y corazón. Este tridente da la alegría desmedida y sólo quienes conocen la hiel saben o sabemos lo que significa resistir, levantarse y asegurar un mejor mañana.
Por lo pronto tenemos lo mejor de la actividad física, deportiva, atlética y competitiva que genera pasión, que emite esperanza en un entorno casi caótico. Todos quienes amamos los deportes en general estamos esperanzados a grandes hazañas, pero sobre todo a la continuidad y progreso del ser humano, el deporte es el pretexto ideal para generar empatía y es el más claro ejemplo de unidad entre pueblos. Hemos visto (al cierre de esta edición) como el tenis, boxeo, formula 1, futbol, béisbol, basquetbol y otros, están haciendo su parte como antesala de lo que es una real, auténtica y fuerte expectativa, acá no se finge un día sí y 30 no, acá significa la gloria a toda costa, acá la vida juega el papel más importante del deportista, del atleta, del entrenador, del psicólogo, del grupo multidisciplinario, de los organismos gubernamentales y de iniciativa privada, acá radican miles de aspiraciones personales y millones de brazos en la espalda de cada uno de ellos, acá los sueños se hacen realidad porque a pesar del dolor y desesperación nunca cayeron en el abismo de los malos pensamientos, acá están quienes afrontan con valor lo que venga y cómo venga, acá está lo mejor del mundo en todo el universo. La mezcla multicultural deportiva exige un despertar para un mejor mañana, nos obliga a todos a aspirar a lo mejor, nos empuja a luchar por lo queremos como cuando viste hace muchos años a los Comanecci, Muñoz, Bautista, Canto, González, Mercenario, Platas, Segura, Sánchez, Owen, Lewis, Stevenson, Sotomayor, Jordan, Powell, Joyner, Bells, Bolt, etcétera. Esta mezcla de nombres nos da un panorama a lo largo de la historia de lo que se tiene que enseñar en nuestro país, en cada casa de este país debe existir una aspiración de Cultura Física, deporte y vida misma, quien se rezague será porque simplemente porque no quiere, las condiciones ahí están, nos toca afrontarlas, enseñarlas, transmitirlas y ejecutarlas, lo demás, simplemente se disfruta como seguramente lo haremos a partir de este jueves en la madrugada y los días siguientes: los Juegos Olímpicos finalmente se llevarán a cabo contra viento y marea, pero serán los que pasen a los anales de la historia aún por encima de aquellos escenarios de violencia, deserción, boicots, atentados y más, éstos son tuyos y míos, este es tu tiempo, es tu oportunidad…
Pásenla bien!!!