SIN TON NI SON
- Francisco Javier Escamilla
- 15 julio, 2021
- Columnas
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Ahora un poco de filosofía: esta vez hablaré del existencialismo. Este término surgió para describir la manera de pensar de algunos filósofos franceses de principios del siglo XX, principalmente Albert Camus (1913-1960) y Jean-Paul Sartre 81905-1980). En realidad, los existencialistas no guardaban ningún punto de vista concreto acerca de las diversas cuestiones filosóficas, pero lo que los hace formar parte de esta corriente es su defensa de la libertad del ser humano, la autenticidad y los sentimientos como la ansiedad o el miedo.
Los existencialistas del siglo XX recibieron una gran cantidad de influencias de diversos pensadores, como Federico Nietzche (1844-1900) o el danés Soren Kierkegaard (1813-1855). Kierkegaard defendía la libertad religiosa, para él la fe exige dar un salto voluntario e irracional al absurdo; pero también, por el otro extremo, opinaba que es el único antídoto contra la desesperación, lo cual describió en el libro que escribió en 1849, con el nombre de “La enfermedad mortal”.
Por su parte, Camus y Sartre escribieron obras tanto de ficción como de filosofía pura. En la novela “La Náusea”, escrita en 1938 por Sartre, describe la nauseabunda sensación que provoca el hecho de que el mundo sea un absurdo desprovisto de sentido. En otras obras, ya no novelas, sino más filosóficas como “El ser y la nada” que data de 1943, defendía que el hombre es libre de elegir su propio destino y que lo único que no puede hacer es no elegir. Pero también, haciendo alusión al pensador danés que se menciona arriba, opinaba que el ser humano suele huir de su propia libertad al adherirse a hechos incuestionables como las creencias religiosas. A esta tendencia de los seres humano, él las llamaba “mala fe”.
En su libro “A puerta cerrada”, Sartre retrata a tres extraños que se ubican en una siniestra habitación de hotel, de la cual no se puede salir. Poco a poco, mientras va creciendo el odio entre los tres protagonistas, se dan cuenta de que están en el infierno. Es en esta obra donde aparece la frase que se hizo universalmente famosa: “El infierno son los otros”.
Albert Camus se dio a conocer más por sus novelas, pero con alto contenido filosófico; las principales novelas de este pensador fueron “El extranjero” (1942) y “La peste” (1947). El protagonista de “El extranjero”, Mersault, asesina a un joven árabe sin motivo aparente y es condenado a muerte. A medida que se acerca el día de la ejecución, Mersault reflexiona sobre su vida y su responsabilidad en el asesinato. Como éste, los temas existencialistas se encuentran presentes en todos los libros de Camus, temas como la libertad de elección, la autenticidad y la responsabilidad.
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