EL TEQUIO
Por: David Colmenares Páramo
Numerosas comunidades se han regido, a lo largo de su historia, por sus usos y costumbres, por ejemplo, en Oaxaca hay una Ley de Usos y Costumbres. Es una práctica que forma parte de la vida cotidiana de las comunidades, este estado tiene cerca de una cuarta parte de los municipios del País, 417 de los cuales se rigen por sus usos y costumbres, basados una participación ciudadana a través del trabajo voluntario, “pagado” con el reconocimiento de su comunidad, incluso se ha llegado a considerar el tequio una expresión reconocida para el pago no monetario de sus impuestos locales. El tequio se rige por las leyes comunitarias. Además de normar su vida cotidiana, impacta en la organización del trabajo social, como una constante modalidad de cooperación, derivada de sus usos y costumbres.
No podría ser de otra manera, los ciudadanos de una comunidad indígena o no indígena, cuentan con obligaciones y compromisos al servicio de la sociedad a la cual pertenecen. A la obligación de realizar jornadas de trabajo para el mantenimiento y construcción de obras públicas o introducción de nuevos servicios como educación, electrificación, caminos rurales, agua potable, entre otras, se le conoce como Tequio. Incluso algunas constituciones estatales señalan al tequio como una expresión de solidaridad, tal como lo expresa, la de Oaxaca que en su artículo 12 señala que: “Las autoridades de los municipios y comunidades preservarán el tequio como expresión de solidaridad según los usos de cada pueblo y comunidad indígenas. Los tequios encaminados a la realización de obras de beneficio común, derivados de los acuerdos de las asambleas, de las autoridades municipales y de las comunitarias de cada pueblo y comunidad indígena, podrán ser considerados por la ley como pago de contribuciones municipales; la ley determinará las autoridades y procedimientos tendientes a resolver las controversias que se susciten con motivo de la prestación del tequio”.
La palabra Tequio deriva del náhuatl tequito que significa trabajo o tributo. Su origen se remonta a la Colonia, para el pago de los diezmos y tributos destinados a la construcción de templos y hospitales; esta práctica se ha preservado como una obligación moral de quienes han nacido en sociedades particulares dentro de ese estado. Se le considera un trabajo comunal obligatorio y no remunerado. “La organización del tequio la establecen las autoridades municipales, con el consenso ciudadano. Trabajar en el mismo otorga prestigio ante la comunidad; en cambio su incumplimiento puede detonar sanciones” y hasta expulsiones.
Es a partir de esta institución como se ha logrado construir en las comunidades, buena parte de la infraestructura hoy existente, como servicios comunitarios de agua, luz, caminos rurales, lo cual se puso en marcha de manera oportuna, gracias a la colaboración ciudadana. Los recursos estatales y municipales, particularmente estos ultimo son limitados, sabemos que su uso muchas veces ha sido objeto de corrupción, pero solo la organización ciudadana en torno al Tequio ha logrado construir grandes proyectos optimizando el uso de esos recursos con transparencia y eficiencia.
La existencia de esta práctica milenaria, no significa que los tres órdenes de gobierno se desentiendan de sus obligaciones, ni de la transparencia en su gasto, sobre todo en los estados del sureste. Donde se concentran los municipios, la población rural e indígena.
Se ha dado el tequio, con un grado intenso de participación ciudadana voluntaria y colectiva, en programas como Lluvia, tequio y alimentos o Atajar el Agua a como dé lugar, que hicieron emerger otras figuras de participación ciudadana como la contraloría social, a fines de los años ochenta y principios de los noventa. [email protected]