CINCO AÑOS DEL ACUERDO DE PARÍS
- Luis Eduardo Mejia Pedrero
- 14 diciembre, 2020
- Columnas
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El pasado sábado 12 de diciembre se cumplieron cinco años del Acuerdo de París que fue adoptado por 197 países con el objeto de abordar el cambio climático y sus efectos negativos dentro de la COP21 y que lamentablemente lo han abandonado ocho naciones entre ellas los Estados Unidos de Norteamérica.
La Organización de las Naciones Unidas indica que dicho acuerdo tiene por objeto reducir de forma sustancial las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y limitar el aumento global de la temperatura en el siglo XXI a 2°C, tratando de que solo sea 1.5°C
Los elementos clave del acuerdo son: Mantener el incremento de las temperaturas mundiales muy por debajo de los 2°C con respeto a la época preindustrial, tratando de buscar medios para limitar el ascenso a 1.5°C; Examinar la contribución de los países a la reducción de las emisiones cada cinco años y; Ayudar a las naciones más pobres proporcionando financiamiento para la adaptación al cambio climático y el cambio a la energía renovable.
El Acuerdo de París entró en vigor de manera oficial el 4 de noviembre de 2016. Han seguido adhiriéndose al Acuerdo nuevos países a medida que completaron sus procesos nacionales de aprobación. En 2018, los delegados de la Vigésimo Cuarta Conferencia de las Partes (COP24), que se celebró en Katowice, Polonia, aprobaron unas normas de aplicación integrales, de modo que se ampliaron los detalles operacionales del citado acuerdo.
El cambio climático ya constituye una emergencia mundial que rebasa fronteras. Se trata de un problema que exige soluciones coordinadas de todos los niveles y cooperación internacional para ayudar a los países a avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono.
Parte de los caminos a seguir para lograr las metas propuestas, son indicadas por el Artículo 4 del Acuerdo, el cual establece que para cumplir el objetivo a largo plazo referente a la temperatura, las partes propusieron lograr que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo lo antes posible, teniendo presente que las Partes que son países en desarrollo tardarán más en lograrlo, y a partir de ese momento reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero, de conformidad con la mejor información científica disponible, para alcanzar un equilibrio entre las emisiones antropogénicas por las fuentes y la absorción antropogénica por los sumideros en la segunda mitad del siglo, sobre la base de equidad y en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza.
En resume, el reto es reducir emisiones, captar las existentes, mejorando el nivel de vida de la población a partir del 2050.
PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE
El ambientalismo requiere de activistas y el ser un ciudadano comprometido con una causa ya es peligroso. En nuestro país son numerosos los casos de ambientalistas y protectores de la Naturaleza que son asesinados por grupos que tienen intereses económicos y políticos opuestos a los ideales del Desarrollo Sustentable. El activismo requiere de valor, decisión, congruencia y compromiso, por ello la pérdida de este tipo de líderes es lamentable en cualquier parte del mundo. Hago el comentario por el deleznable asesinato de Malala Maiwand, periodista y activista por los derechos de las mujeres y niños en Afganistán a manos de una filial de la organización terrorista ISIS. La también conductora de televisión, con nombre homónimo de la ganadora del premio Nobel, fue asesinada por defender sus principios que son contrarios a lo interpretado de las escrituras o documentos dogmáticos de ciertas religiones. Eso tiene un nombre: barbarie.
Reciban un abrazo de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma o por Facebook.