¿Mi cuerpo es mío?
- Elva María Maya Marquez
- 2 octubre, 2020
- Columnas
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La situación de desventaja en la que han vivido las mujeres es parte de un proceso histórico. La reivindicación de nuestros derechos forma parte de una lucha constante, ganar espacios en lo académico, en lo laboral y en todos aquellos lugares que se han pensado como exclusivos del sexo masculino, no es fácil, alzar la voz y pedir ser tratadas en igualdad de condiciones, parece que es pedir demasiado. En algunos momentos se avanza, pero en otros, lamentablemente se retrocede. Saber que nos matan por ser mujeres y que pretenden que se pida permiso para decidir sobre lo más íntimo del ser humano, sobre su propio cuerpo, es la muestra fehaciente de una falta de entendimiento del tema y de lo mucho que hace falta por hacer.
Lo que pasó en días recientes en el marco del Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro, ha colocado nuevamente a las mujeres en el centro de la discusión, y nos recuerda que lo que se vive en México y en el mundo, es la expresión más radical de transformación política y social impulsada por grupos de mujeres con mayor conciencia sobre sus derechos, y una exigencia para que sean reconocidos.
La actitud por parte del actual gobierno en el tema de las mujeres ha dejado mucho que desear, este gobierno le ha fallado a las mujeres, como lo han hecho los gobiernos que le antecedieron, la diferencia radica en que las mujeres del actual gabinete se declararon feministas y en pro del aborto legal y seguro en todo el país, situación que debe ser considerada para comprender la inconformidad y el descontento en lo que está pasando, al no percibir un interés real para que este tema sea legislado a nivel nacional.
Otro aspecto que no se puede negar y donde la sociedad está llamada a ver el tema desde una visión crítica y reflexiva, es que en toda manifestación existen grupos de infiltrados y manipulación por parte de algunos medios de comunicación, y hoy, lo más penoso es que no se está hablando de la razón de fondo, el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, y ante el clima de agresión y violencia vivido, ha pasado a un segundo plano.
En este sentido, se debe comprender que no se trata sólo de la despenalización del aborto en el resto de los estados, también se busca que la ley abarque al sector salud y que el gobierno sea capaz de proveer los servicios necesarios para llevar a cabo este procedimiento, reconociendo los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Dejemos atrás lo acontecido, que no deja de ser recriminable, pero centremos nuestra atención en la discusión verdadera para no permitir que más mujeres sean encarceladas o pierdan la vida, al realizarse este tipo de procedimientos.
Esta batalla no es solo de las mujeres, no podemos pensar que, en este como en muchos otros temas de la agenda feminista, los hombres no tienen lugar o son el enemigo a vencer. Esta causa necesita aliados, hombres que han entendido que las mujeres no merecen seguir en una situación desfavorable y que están dispuestos a que las cosas sean distintas. Los movimientos sociales y de reivindicación, solo lograrán trascender con la suma de voluntades que son capaces de dejar atrás cuestiones de sexo, género, religión, partidos políticos etc.
Los ciudadanos y la sociedad civil deben avanzar hacia un bien común. En la agenda feminista cabemos todas y todos, no necesitamos más división de la que actualmente se tiene, hablemos del tema de manera seria, y bajo la consigna, “mi cuerpo es mío”, dejemos que se decida sin prejuicio ni castigo.