Muchas preguntas y pocas respuestas
- Elva María Maya Marquez
- 7 agosto, 2020
- Columnas
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Si algo hemos aprendido con este gobierno, es que en este país sino pasa por la mañanera, es como si no pasara. En este sentido, el pasado lunes el Secretario de Educación; Esteban Moctezuma, en una explicación bastante pobre y hasta “simplona”, dio a conocer los detalles del regreso a clases. La gran sorpresa fue darnos cuenta que lamentablemente les importaba más la foto con los directivos de las cuatro principales televisoras del país; Televisa, Televisión Azteca, Imagen Televisión y Milenio Televisión, que lo sustancial, la educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes del país.
“No solo está cambiando la educación, también está cambiando la televisión”. Frase pronunciada con singular optimismo por el Secretario de Educación, pero eso no sucederá, no debemos engañarnos, lo que veremos a partir del 24 de agosto forma parte de un convenio firmado el 21 de abril para difundir contenidos audiovisuales de las sesiones escolares de la Secretaria de Educación Pública. Lo anterior tendrá un pago que, aunque se nombre elegantemente como “tarifa social”, no deja de ser parte de un negocio que en época de crisis no les viene nada mal.
Las televisoras no están cambiando su programación principal, utilizarán canales alternos o adicionales. Lo único que cambio es que aquellos a quienes el presidente nombraba como la “mafia del poder”, hoy parecen ser aliados de la 4t.
El ciclo escolar no concluyó de manera exitosa, el regreso a las aulas se ve lejano y en gran medida tiene que ver con la irresponsabilidad de algunos ciudadanos, que, teniendo la posibilidad de permanecer en casa, no lo hicieron y quienes pagaran las consecuencias serán los estudiantes.
Lo que está pasando es una tragedia global, nadie podía estar preparado y cada gobierno debe plantear opciones y alternativas de acuerdo con su contexto, no podemos vivir en un eterno ensayo y error porque la educación es un tema que nos interpela a todos. Pretender que el sentar a los estudiantes frente a un televisor sea visto como la mejor estrategia para continuar con su formación escolar porque más del 90% de la población cuenta con este medio en casa, es un total despropósito.
Es realmente preocupante lo que está pasando en materia educativa y vale la pena preguntarse si se tomó en cuenta a los involucrados ¿Cuál fue la experiencia del ciclo escolar anterior? ¿Cómo se sintieron los estudiantes, profesores, madres y padres de familia? ¿Cuáles fueron los resultados obtenidos? ¿Qué se logró con la plataforma “aprende en casa “? ¿Qué paso con el “portafolio de evidencias”? ¿Cómo se ha planeado la transición de aquellos que cambian de preescolar a primaria? ¿Qué sucede con quienes concluyeron la primaria y de tener un profesor pasarán a más de 5? pensando en que se considere algún tipo de asesoría.
La salud mental de los estudiantes también está en juego y es necesario saber ¿Qué piensan? ¿Cómo se sienten ante esta situación? ¿Qué es lo que esperan de un nuevo ciclo escolar? ¿Qué pueden proponer para mejorar su aprendizaje? Si bien el papel de las y los profesores no puede presentarse como un rotundo éxito, tampoco puede verse como un fracaso absoluto por aquellos que trataron de dar lo mejor de sí, y de quienes se podían recuperar algunas experiencias y estrategias.
Quienes han continuado con la educación de los más pequeños en su mayoría son las madres de familia, pero ellas no pueden ser maestras, esposas, trabajar desde casa, ocuparse de las labores del hogar y tener sobre los hombros la responsabilidad de que sus hijos aprendan. Muchos padres y madres de familia salen a trabajar y no habrá más opción que dejar a sus hijos solos en casa ¿se pensó en esto?
El gran reto es hacer de la necesidad una oportunidad. Solo esperemos que, a la crisis de salud, económica y laboral, no se sume una crisis educativa, y esta propuesta más que educar, sirva simplemente para entretener y seguir ampliando las brechas de exclusión y desigualdad.