Golpes y empujones en el penal de Huitzilzingo, Chalco
- Eduardo Muñoz
- 13 mayo, 2020
- Municipios
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Chalco, Méx.- Una decena de presos del dormitorio No. 5, en el penal de Huitzilzingo, se amotinaron la mañana de ayer al ser informados de que sus familiares ya no podrían visitarlos en dicho reclusorio, como medida de precaución para impedir la propagación del virus Covid-19 en el reclusorio.
Al enterarse de la disposición, unos 50 familiares de los reos se presentaron al mediodía y forcejearon con guardias antimotines, exigiendo información sobre la salud de sus parientes, pues tenían informes de que al menos cuatro de ellos resultaron lesionados tras la riña al interior de dormitorio y que habían sido trasladados a diversos hospitales de la zona.
El director del penal, Dalmacio Becerril Tapia, pidió apoyo a la policía estatal y casi de inmediato arribaron al sitio unos 200 elementos, quienes lograron replegar a los inconformes, quienes ya habían forzado la puerta principal de acceso y trataban de ingresar al edificio.
Los vecinos, según reportes oficiales, exigían a las autoridades información verídica sobre la integridad física de sus familiares, pero pasadas las 13 horas no habían obtenido ningún reporte oficial, lo que generó un zafarrancho con los guardias de seguridad.
Becerril Tapia se presentó ante los vecinos y trató de explicarles que por órdenes superiores se cancelaban las visitas a los internos, como medida de precaución para evitar contagios de SARS-Cov2, pero eso no satisfizo a los manifestantes y arremetieron de nueva cuenta contra las rejas de entrada.
Los parientes de los reos, muchos de ellos sin cubrebocas, pidieron entonces que una comisión ingresara al reclusorio para comprobar que sus familiares se encontraban bien físicamente, pero esto les fue negado, argumentando que las autoridades estatales en su momento darían un informe detallado de la situación al interior del penal.
Cabe destacar que se reforzó la puerta de acceso para evitar nuevos disturbios, pero hacia las 14 horas los manifestantes aún esperaban datos sobre sus parientes presos.