EL VALLE DEPORTIVO

Pedro Eric Fuentes López

Un hombre no es grande porque nunca haya fracasado; un hombre es grande porque el fracaso no lo ha detenido. Confucio.

Hay muy malas prácticas que se han convertido como que en una especie de corriente que lleva lava arrasadora de todo lo que se presente en el camino. Así es la humanidad. A veces y a menudo como si la vida dependiera únicamente de una palabra y/o sentencia; otras, basta y es necesario un suspiro para seguir avante; unas más, derramar un caudal de lágrimas, sacudirse el rostro, levantarse y seguir; y por último, la falta de agallas, decisión y/o determinación para realizar algo que, incluso, pueda cambiar el rumbo de un todo… Ante esto y parafraseando a mi carnalazo y tocayazo Pedro Campos, uno está y actúa como debe ser, no como quisieran otros que fuera, porque la incongruencia es tal que ni se practica lo que se predica y mucho menos se lleva a cabo. Y en el deporte a cualquier nivel también es claro y ahora mismo hay dos ejemplos; uno, de pulcritud y sin arrogancias. Y otro, con los tintes de lenguas venenosas que azuzan para obtener un hueso, o que les volteen a ver, que les dediquen una mirada siquiera y no producen más que simple pena ajena.

Les comento en este Valle, por ejemplo, hace unas semanas, México vibró con la apasionante actuación de Isaac del Toro, ciclista que luchó kilómetro a kilómetro por ganar el Giro de Italia. Nuestro compatriota, quien quedó en segundo lugar luego de un cierre de película del británico Simón Yates, se mostró orgulloso por lo logrado en las montañas y carreteras italianas, y de inmediato saltaron esos especímenes que nunca jamás le habían brindado una atención y se dedicaron a lanzar vivas, hurras y porras como si de veras. Bueno, el tema de nosotros mismos en la nación ya lo sabemos, cuando alguien resulta y es ganador todos se quieren colgar el milagrito, la medalla, el trofeo y/o el cetro, bah, patrañas de siempre. Pero lo que es aún más inconcebible es que entre propios “compañeros” o colegas, se lancen en contra. Es decir, por la destacadísima actuación -por dónde se le vea- de Del Toro misma que fue aplaudida por su equipo, pero duramente criticada por otro también ciclista Richard Carapaz, quien quedó en tercer lugar y nuevamente se lanzó contra el ciclista azteca, insistiendo incredulidad al destacar que Isaac no quiso apretar para quedarse con la Maglia Rosa, dejando escapar el resultado. Bueno, pues resulta que el ecuatoriano ha insistido en su crítica y sigue asegurando que Del Toro no quiso ganar, y catalogó esa actitud como vergonzosa, es más, ha señalado que para él fue vergonzoso porque frenó a propósito para que pasara el bajacaliforniano, pero no quiso y se frenó con él. Agrega que en la bajada iba frenando y dijo que quería esperar a su equipo, pero venían a más de tres minutos.  El tema es claro, unos buscan la gloria personal y otros fomentan la unidad de un equipo. La verdad nunca se sabrá porque como todo en la vida sucede: “lo que pasa en Las Vegas, en Las Vegas se queda…”

El otro suceso, de un Valle deportivo esplendoroso se dio en el tenis mundial. En todo el mundo donde se habla de deporte -llámese Europa, América Latina, Norteamérica, Asia, Medio Oriente, Italia, España- no dejan de mencionar a Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, ya sean medios de comunicación impresos, televisión, redes sociales… Siendo en su mayoría artículos, reportajes y cobertura altamente positiva, ya que estos dos jóvenes están colocando al tenis en un lugar preponderante, justo el que le corresponde, donde sí, el atractivo especial y apoteósico es ser el mejor del orbe sin daños a terceros, más los propios de los errores del otro rival, así de clarito y sin pelos en la lengua. Para eso, es determinante tener en claro, que ellos y otros más en el mundo que hacen del deporte, en general, una poderosa herramienta de paz, unión y ciertamente de presión más no de castigo, ni señalamientos malintencionados ni nada por el estilo, entonces lo que generan es que el tenis y el resto del valle deportivo se sienta orgulloso de ellos y todo lo que hacen. Lo que más sorprende es la sencillez y humildad con la que se manejan ambos deportistas de distintas nacionalidades, siguen colocando al tenis, en el mundo, en un nivel muy alto. Ojalá fuera así con otros, como los ejemplos que hoy señalo, porque lo mismo sucede con muchos deportes, llámese futbol, basquetbol, natación, clavados o atletismo… En fin, así en casi todas y cada una de las disciplinas, pero en países de mayor dimensión, así como en muchos otros países que tienen federaciones serias, que realmente apoyan decididamente a sus deportistas con programas bien establecidos, respaldo a profesores, unión con sus asociados y federados y por ende un seguimiento sistemático de apoyo a sus deportistas, los ganadores se distinguen del resto.

Pásenla bien!!!