Laura Jiménez busca una justicia cercana a la gente

Toluca, Méx.- Con más de 20 años de experiencia en materia judicial, Laura Jiménez Valdés, aspira al cargo de Magistrada del Tribunal de Disciplina Judicial en el Estado de México, contendiendo con el número 14 en la boleta azul y buscando ocupar una de las 55 plazas que serán electas en los comités del próximo 1 de junio.

Laura Jiménez dijo que la motivación de aspirar al cargo es ayudar y acercar la justicia a la ciudadanía, pues, durante su último cargo como directora de Quejas y Denuncias, observó la inconformidad por la función jurisdiccional que actualmente se está dando, por las malas prácticas de algunos jueces y la deficiencia de los procesos en el desarrollo de los juicios.

“Hay asuntos que llevan hasta cinco años sin resolver porque van dilatando la resolución. En el proceso dice que hay un término para emitir la resolución, pero los jueces siempre buscan la forma de decir; me faltó desahogar eso. Y el ciudadano lleva cinco años erogando dinero, cansado, fastidiado, y al final la resolución tampoco está pegada a derecho”, expresó.

También indicó, que esta elección judicial les puso retos como la falta de información a los propios candidatos y el uso de recursos propios, sin embargo, fue una oportunidad para acercar el Poder Judicial a la gente y permitir escuchar las inquietudes que, en materia judicial, laceran a las personas.

En este sentido, Laura Jiménez se sintió bien al saber que la ciudadanía si tiene interés en conocer a sus jueces y magistrados, pues durante la campaña fue cuestionada y abordada por los electores. “Yo creo que lo que la gente necesitaba, era esa cercanía. Que alguien les explicara cómo hacerlo y hemos concientizado a la gente de la importancia del voto”, explicó al mencionar que las personas están conscientes de que la situación judicial puede cambiar con la emisión del voto.

Finalmente, comentó que de llegar al cargo buscará hacer una revisión puntual de todos los expedientes judiciales, corregir la instrumentación y sancionar de manera ejemplar para que las conductas, como la usucapión, el acoso, el hostigamiento y el tráfico de influencias, no se repitan y los servidores públicos se sientan obligados a cumplir desde la ética y sus principios.