
¿Cómo vamos rumbo al 1 de junio?
- Elva María Maya Marquez
- 20 mayo, 2025
- Columnas
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El próximo domingo 1 de junio, las y los mexicanos nuevamente tenemos un llamado a las urnas. Por primera vez, la ciudadanía elegirá a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial. Sin embargo, este proceso será distinto al que se utiliza para elegir a la presidencia de la república, gobernadores, diputados y senadores.
En total, se elegirán 881 cargos judiciales: 9 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), 2 magistraturas de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), 15 magistraturas de las Salas Regionales del TEPJF, 5 integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), 464 magistraturas de Circuito y 386 juezas y jueces de Distrito.
¿Por qué pensar en una reforma que permita a los ciudadanos elegir estos cargos? En México, la impunidad se ha convertido en un problema estructural que afecta la justicia y la seguridad, con el 99% de los delitos sin resolver en algunos Estados. Este problema requiere reformas profundas, un fortalecimiento institucional y un compromiso real de las autoridades y la sociedad civil.
Distintas voces han señalado que la elección del Poder Judicial representa una captura política de la justicia. Sin embargo, esa captura ya existía; la supuesta neutralidad del Poder Judicial en México es una fantasía que quienes se oponen a la reforma se cuentan a sí mismos. Para los ciudadanos, no es nuevo que la justicia se compra y se ejerce bajo estrategias políticas.
Existen evidencias de que los estratos más altos del Poder Judicial han sido colocados por miembros de distintos partidos políticos, lo que ha pervertido el sistema, llevando a que jueces, magistrados y ministros dicten sentencias en beneficio de empresarios, familiares y amigos, dejando en el olvido a la mayoría de la población que carece de influencias y recursos para hacer avanzar sus casos.
Ahora bien ¿Cómo conocer o evaluar a todos los perfiles? La verdad es que resulta casi imposible. El registro total es de más de 3 mil 400 candidatos, aunque este número varía según cada Estado. Los ciudadanos recibirán al menos 6 boletas para los cargos a nivel federal, y en aquellos estados que también renuevan cargos a nivel local, recibirán hasta 11 boletas. En la Ciudad de México, son 9 boletas: seis para elegir al Poder Judicial Federal y tres para el Local. En el Estado de México, recibirán 10 boletas: seis para los juzgadores a nivel Federal y cuatro a nivel Local.
Hay personas interesadas en cómo votar, cómo informarse y en qué medios hacerlo. Todo comicio electoral implica un proceso de información y politización, pero este tiene una mayor complejidad, incluso requiriendo capacitación para votar. Normalmente, se capacita a los funcionarios de casilla, pero estas elecciones requieren conocer el color y tamaño de las boletas, identificar el número de los candidatos, saber quién los postula y tener presente que, entre las personas a elegir, la mitad deben ser hombres y la mitad mujeres.
Es un hecho que la participación será limitada, pero no necesariamente debe considerarse un fracaso. A pesar de las dificultades, el hecho de que haya personas haciendo listas y cuestionándose sobre cómo funciona el Poder Judicial es un avance en términos democráticos.
Los medios para que los candidatos se den a conocer han sido limitados. En un intento por ganar visibilidad, encontramos candidatos que se presentan diciendo que “están más preparados que un chicharrón preparado” o mujeres con vestimenta llamativa. Este tipo de acciones empobrece el debate al centrar la discusión en aspectos superficiales.
¿Resolverá la elección el problema de la impartición de justicia que actualmente enfrentamos? La respuesta es no. Pero para avanzar del punto “A” al “B”, es necesario actuar y hacer algo para que las cosas cambien. Hoy sabemos que usar toga y birrete no convierte a los impartidores de justicia en personas decentes, ni asegura que cuenten con la rectitud y el profesionalismo requeridos para el cargo. Por ello, debemos perder el miedo a la boleta y acudir a las urnas. Aún hay tiempo para informarse y el 96.3% de impunidad que es el promedio nacional, puede ser un buen motivo para salir a votar.