MADRID, MADRID, MADRID

El tiempo vuela. Ya estamos en el ecuador del mes de mayo, un mes que se caracteriza por ser el de las flores, pero también en él se festeja a San Isidro. El Madrid más castizo va inundando cada rincón de la capital. Las fiestas patronales ya han comenzado y su día grande será el próximo jueves. De hecho, si durante estas jornadas, la Pradera es un constante ir y venir de chulapos y chulapas, la cita ineludible es, sin duda, el 15 de mayo. 

Siempre digo que las tradiciones están para cumplirlas, pero es que considero que son los mejores pilares que tenemos. Es cierto que éstas no siempre nos pueden gustar, pero a la hora de la verdad cada uno es libre de elegir aquellas que más le agradan. Sobre gustos no hay nada escrito. No soy una persona golosa, pero cada fiesta tiene su dulce tradicional y, ahora, puedo confesar que si tengo que elegir entre las tontas, las listas o las de Santa Clara no lo tengo tan claro. Las rosquillas siempre me han gustado, aunque no estén vinculadas al santo. Las que hacía mi abuela eran una auténtica bendición en estado puro. Hay que reconocer que son unas excelentes acompañantes para un buen café o un chocolate si se tercia. Habrá quien no perdone los churros porque estos no entienden de festividades. Los churros en la capital son “patrimonio” incuestionable.  Está claro que los más golosos están de enhorabuena porque estos manjares nunca les van a faltar. 

Ahora bien, si hablamos de manjares, quizás un buen cocido madrileño sea la mejor manera de festejar al santo, o incluso, el típico bocadillo de calamares. El tiempo está muy inestable, el calor no acaba de llegar y un buen plato de cuchara siempre sienta bien. Estas opciones agradan a muchos y digo esto con conocimiento de causa porque si tengo que hablar de gallinejas y entresijos, el estómago se me encoge, las cosas como son. Llevo muchos años en Madrid y esta ciudad tiene mucho que ofrecer. Su gastronomía es variada, pero lo de las gallinejas y los entresijos me supera. Reconozco que no soporto ni su olor ni mucho menos su sabor. Ya lo he dicho antes que cada uno tenemos que elegir nuestras tradiciones y ésta, en concreto, no va conmigo. 

No todo en las fiestas es comer, tampoco puede faltar la música y su baile tradicional. El chotis es la banda sonora que acompaña a los chulapos estos días. Hay quienes lo bailan divinamente y hay quienes lo intentan. No obstante, Madrid está llena de escenarios para que la música ofrezca todos sus ritmos a quienes pasan estos días por la capital.

En definitiva, lo importante siempre es disfrutar de la fiesta y de la compañía. Al fin y al cabo, los planes que hagamos para este San Isidro serán los recuerdos que nos guardemos en la memoria. Quizás, el día de mañana estos nos saquen más de una sonrisa y eso es la señal de que hemos aprovechado esos momentos de la vida.