SIN TON NI SON

Francisco Javier Escamilla Hernández

Estoy leyendo acerca de la filosofía de Ortega y Gasset, y trataré de compartir algunos de sus aspectos.

José Ortega y Gasset (1883-1955) es uno de los filósofos más influyentes de la filosofía española contemporánea, su pensamiento representa una renovación del pensamiento filosófico en lengua española, proponiendo una visión original que busca superar tanto el idealismo como el positivismo; su propuesta filosófica se articula alrededor de un concepto central: la razón vital, que implica una nueva manera de entender la existencia humana y su relación con la realidad.

Uno de los puntos de partida de Ortega es su famosa frase: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”. Esta afirmación resume su concepción de la vida como un entrelazamiento inseparable entre el individuo y su entorno. Frente al racionalismo puro, que pretende entender al ser humano desde estructuras abstractas y universales, Ortega sostiene que el ser humano no puede ser comprendido al margen de su circunstancia concreta, es decir, del mundo en el que vive, de su tiempo histórico, sus relaciones, cultura y decisiones, la vida no es algo dado, sino algo que cada persona tiene que construir día a día.

A partir de esta idea, Ortega desarrolla su teoría de la razón vital, que él contrapone a la razón pura kantiana. Mientras que la razón pura busca verdades absolutas desligadas de la experiencia, la razón vital reconoce que todo conocimiento parte de la vida misma, de las experiencias concretas del sujeto. La razón vital es una forma de conocimiento que no separa al ser humano del mundo, sino que lo entiende en su vivir, en su fluir histórico y existencial. Esta concepción implica una crítica a la filosofía tradicional que ha ignorado la realidad vivida del sujeto.

Otra noción clave en la filosofía de Ortega es la idea de la vida como proyecto. Para él, vivir es encontrarse arrojado a una realidad que no hemos elegido, pero en la que debemos actuar y decidir, la vida es un quehacer continuo, un proyecto abierto que cada quien debe realizar; no se trata de seguir un destino predeterminado, sino de crear una trayectoria a través de nuestras elecciones. En este sentido, Ortega se distancia tanto del determinismo como del existencialismo angustiado; su visión es dinámica, vitalista y comprometida con la libertad del individuo.

Además, Ortega fue un pensador profundamente preocupado por la cultura y la sociedad. En obras como “La rebelión de las masas”, analiza el surgimiento del hombre-masa, una figura representativa de la crisis de valores en la modernidad. Para él, la cultura moderna ha derivado en una uniformidad peligrosa, donde el individuo pierde su responsabilidad y creatividad en favor de la mediocridad colectiva. Esta crítica sigue siendo relevante hoy en día, en una era dominada por el consumo masivo y la banalización del pensamiento.

La filosofía de Ortega y Gasset se distingue por su original intento de reconciliar la vida y la razón, proponiendo una perspectiva donde el ser humano es un proyecto en constante construcción dentro de una realidad cambiante. Su pensamiento invita a pensar desde la experiencia vivida y a asumir una responsabilidad activa en la configuración de nuestro destino individual y colectivo.

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