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Por: Rocío Hernández Rogel
Con el pasar de los años, la tecnología, las modas, las nuevas ideologías, muchas cosas nos parecen “anticuadas”, “poco prudentes”, “del año del caldo”, “cosas que decía mi abuelita” y más expresiones en donde desvalorizamos parte esencial de algunos aspectos de nuestra vida como algo tan importante de lo que nos habla Danah Zohar en 1997: “la inteligencia espiritual”. Howard Gardner había hablado de las “inteligencias múltiples”, sin embargo, no quiso complicarse la vida y la omitió… pausa…detente un momento, ¿para qué no hablar de ella?, ¿qué puede parecer tan complicado?, ¿qué no venimos de unas vacaciones o descanso en donde se vive la espiritualidad, qué no en los próximos ocho meses estaremos cenando por navidad, y sabemos qué significa la navidad, ¿cierto?
Bien, pues después de estos cuestionamientos y contextos, no te asustes, no hablaré de temas religiosos, quizá una probable hipótesis al “temor” de Howard Gardner por no incluirla en sus inteligencias y sin que olvidemos una frase de nuestras abuelas -aunque ya no esté de moda-: “quien no cree en algo más grande, se sentirá abandonado”.
Ahora bien, la inteligencia espiritual es entender que va más allá de las religiones. Todos somos seres vivos, sin embargo, lo que nos hace “humanos” o “personas” es el espíritu, porque es el que nos permite hacernos preguntas esenciales, el deseo de descubrir algo que nos lleve más allá de nosotras/os mismas/os.
Te voy a contar algo importante, la inteligencia espiritual la traemos todas y todos desde que nacemos, no se enferma, sin embargo se bloquea y/o se atrofia, voy a mencionarte algunas (porque son varias) cuestiones que la bloquean: vacío existencial, aburrimiento, autoengaño, fanatismo, cinismo, consumismo, nihilismo, entre otras, trata de leer más sobre ellas o escucha mi podcast de este viernes, voy a profundizar en ello, y reflexiona: ¿cuál es el que está atrofiando tu inteligencia espiritual?
Así que estos días que fueron para descansar (qué bueno quienes pudieron hacerlo) ojalá se hayan dado unos momentos para reflexionar en familia y sabes qué, no solo en este periodo sino cada que puedas -diario podría ser- porque acercarnos a esta inteligencia nos permitirá cultivar la conciencia, esa capacidad de reflexión de lo que nos está pasando, nos decimos y de lo que somos. Además, nos llevará al entendimiento del valor de la responsabilidad: “libres de la respuesta que damos ante la vida”, ahí está la verdadera libertad, el regalo más grande que tenemos: el libre albedrío.
Regalarte esos momentos para dar pasos hacia atrás y autocomprenderte teniendo esa capacidad de dialogar contigo misma/o, la capacidad de autorregularte teniendo la voluntad de conciencia de tomar postura, posibilidades y alternativas de tu presente; así como también la capacidad de autoproyectarte, dándole sentido a tu vida a pesar de lo que esté ocurriendo con la verdadera fe: creer sin ver.
La inteligencia espiritual nos regala algo invaluable, la autotrascendencia que es la capacidad de relacionarme con los otros, siendo conscientes de lo que pensamos y somos. Cada vez que aprendes, que te conoces, que te nutres, te haces estas preguntas: ¿qué hago con todo esto que soy?, ¿a quién se lo doy? y ahí entonces encuentras que la capacidad del ser humano está en encontrarse con más cosas, es el efecto colateral de la felicidad.
Y así, compartir lo que descubrimos, hacemos, tenemos y aprendemos de nosotras/os, se parece a la inteligencia espiritual que enseñó un maestro hace muchos años, pero no tenía nombre y recordemos una vez más: lo que no se nombra, no existe.
Por eso no olvides que la creencia es una cuestión de voluntad, pero también de inteligencia, tú, ¿en qué crees?
Siempre hay algo para compartir, yo soy Ro y puedes seguirme en mis redes sociales y enviarme tus opiniones a: Instagram:@elblogdero//X:@LaRoHRoo que con gusto voy a leer, no olvides formar tu frase.