GRILLANDO

Durante varios años vivimos en la colonia del Valle en la Ciudad de México, a unas cuadras de la Plaza de Toros, lugar al que le gustaba ir a mi “Jefecita Santa” que se considera taurina y amante de la fiesta brava que principalmente disfrutaba los domingos, cuando antes de entrar al inmueble, se disfrutaba de la rica comida que vendían para luego dar paso a esta tradición llena de cultura, color y emotividad.

Sin embargo, mucho antes de que existieran todos estos movimientos a favor de la vida de los animales, un día le dije a mi “Jefecita Santa” que a pesar de que me gustaba la fiesta taurina, me llenaba de tristeza y coraje ver como mataban al toro, por lo que, de plano, dejé de acompañarla entre reclamos y una que otra mentada, una decisión personal emanada de aquello que simple y sencillamente sentía.

Por lo anterior, me parece extraordinario la propuesta que hizo la jefa de gobierno de la Ciudad de México, CLARA BRUGADA, que frente a los legisladores señaló que, bajo el objetivo de transformar y no desaparecer, la tauromaquia mexicana puede ser un modelo de vanguardia libre de violencia que sea referente mundial.

Por ello, la propuesta contempla que se prohíben las corridas de toros con violencia; se crea la figura jurídica: el espectáculo taurino libre de violencia, que posibilitará la continuación de las actividades en la Plaza de Toros bajo nuevas reglas; en el espectáculo taurino libre de violencia, se prohíbe la muerte del toro dentro y fuera de la plaza. Se establece que, una vez concluido el espectáculo, el toro deberá regresar y ser devuelto a su ganadería; se protege la integridad física de los toros y se prohíben los maltratos dentro y fuera del espectáculo; se prohíbe la utilización de objetos punzantes que provoquen heridas, lastimaduras o muerte del toro, como banderillas, espadas, lanzas, entre otros. Solo se autoriza el uso del capote y la muleta, se protege también los cuernos del toro, para evitar lastimaduras a otros animales o personas y finalmente, se limita el tiempo de la corrida a 10 minutos por toro, con un máximo de media hora en total.

Un país que en su Constitución prohíbe la violencia contra los animales, no puede tolerar que en una plaza se torture y mate a un toro, por lo que esta idea es el punto medio para continuar la fiesta brava y no se pierda el flujo económico que genera esta actividad, algo que deberán pensar los taurinos, como el presidente de Tauromaquia Mexicana, MANUEL SESCOSSE, que no se mostró contento con la propuesta, pero que al final deberán aceptar.

SESCOSSE decía que la fiesta brava es una tradición de 500 años, algo que no es justificación, pues los tiempos han cambiado en todos los sentidos, entre ellos el respeto a los animales como un aspecto importante de toda sociedad que desee erradicar la violencia, por ello, ahí tienen una buena propuesta, ojalá se trabaje y se transforme con un sentido humano, inteligente y a favor de todos.

LA GRÁFICA DE HOY

Del fotógrafo JAIME ARRIAGA, es de este camión del transporte público de pasajeros de Toluca al que de plano le vale madre la norma y les puso cortinas a todas las ventanas de su chatarra, algo que está prohibido por seguridad de las y los pasajeros.

Hace un par de años, una mujer nos relataba que había sido abusada en un camión donde difícilmente pudo pedir ayuda porque precisamente traía cortinas, una herramienta para los bandidos y malintencionados, que en el transporte público sabemos que son muchos, algo a lo que hay que sumar los múltiples asaltos que tras la cortina, obviamente son más sencillos de perpetrar. 

Así que ojalá la Secretaría de Movilidad haga revisiones de las chatarras que circulan en el Valle de Toluca, que las haga cumplir con la norma y que sean garantes de seguridad, no sinónimo de crímenes y abusos como lamentablemente pasa todos los días.

Y es que, es claro que a los concesionarios les sigue valiendo cumplir con la Ley, pues mientras la autoridad sea permisiva y continúen siendo cómplices, los abusos, las irregularidades y la inseguridad serán la constante de un transporte público que dista mucho de ser digno y de calidad.

Y VA DE CUENTO

El profesor JORGE CASTILLO, está repartiendo calificaciones en una escuela de Metepec: Luisito un diez. Pedrito un ocho. Juanito un seis. ESTEBANCITO OLÍN un cero.

El chamaco se enoja y le dice: Oiga profesor, ¿y por qué a mí un cero?

A lo que JORGE le dice: Porque has copiado el examen de Pedrito.

ESTEBAN todavía cuestiona: ¿Y usted cómo lo sabe?

Porque las cuatro primeras preguntas, están iguales, y en la última pregunta Pedrito respondió: “Esa, no me la sé” y tú has puesto: “Yo tampoco”…

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en “X” en @pepenader o en [email protected]