“Podredumbre cerebral”

Desde hace varios años, se ha producido cierto interés entre diversos diccionarios “de prestigio” para definir “la palabra del año”. En esta ocasión, hablaré de la Fundación del Español Urgente —FundéuRAE— promovida por la Real Academia Española (RAE) y la Agencia EFE, así como del Diccionario de Oxford, quien ofrece una guía lingüística en nueve idiomas: árabe, chino, inglés, francés, alemán, italiano, portugués, ruso y español.

En el caso de FundéuRAE, elige la palabra del año considerando su presencia en los medios y el debate social, así como su interés lingüístico. La palabra elegida debe haber sido protagonista del año en algún sentido y tener potencial para perdurar como palabra de significado cultural. Para el año 2024 la palabra es “DANA”, pues se convirtió en un término asociado a las devastadoras inundaciones que ocurrieron en España en octubre de 2024. 

La palabra DANA, es un término que corresponde a las siglas “depresión aislada en niveles altos” y que la RAE define como: “Depresión en niveles altos de la atmósfera, que, aislada de la circulación general atmosférica, se mueve de forma independiente y puede producir grandes perturbaciones con precipitaciones muy intensas”.

En lo que respecta a la palabra del año del Diccionario de Oxford, es una palabra o expresión que se considere con gran interés durante los últimos 12 meses. Al igual que con la FundéuRAE, la palabra no tiene que ser “nueva”, pero debe haberse vuelto sobresaliente durante ese tiempo.

En 2024, Oxford eligió “brain rot” como la palabra del año, que se traduce como “podredumbre cerebral” y refleja la preocupación global sobre el impacto del consumo excesivo de contenido superficial en internet, ya que hace referencia a la sensación de deterioro mental que se produce tras pasar mucho tiempo en las redes sociales. El término refleja el peligro percibido de la vida virtual y de cómo se utiliza el tiempo libre, ya que es un hecho que cada vez más personas se desconectan del mundo real, es decir, de lo que sucede en su entorno inmediato comenzando por su núcleo familiar, por estar pendiente de lo que ofrece el mundo virtual.

Esta palabra recoge la preocupación sobre el impacto excesivo de contenido en línea considerado de baja calidad, al cual se dedican horas y horas diariamente. La gente ha dejado de socializar de manera física, grandes temas se pretenden simplificar en un par de mensajes o bien, mediante “stickers” o “emoticones”. Lo anterior, en más de una ocasión ha terminado en confusiones y mal entendidos porque la interpretación de lo que uno dice y el otro entiende, deja grandes vacíos que únicamente mediante una conversación cara a cara o hasta vía telefónica en el peor de los casos, podría aclararse, pero esto, no está sucediendo.

En el ámbito educativo, por un momento se quiso romantizar el uso de dispositivos móviles en el aula, sin embargo, la experiencia ha demostrado que es un poderoso distractor entre los estudiantes desde nivel básico hasta la universidad. Impide que los alumnos se concentren al estar más pendientes de lo que desayunó su artista favorito o de alguna notificación, que de aquello que sucede en la clase. El ámbito laboral tampoco ha podido escapar, por ello, algunos espacios de trabajo han restringido el uso del celular y en los equipos de cómputo se ha bloqueado el acceso a redes sociales, toda vez que las personas destinan gran parte de su horario laboral a revisarlas.

El uso de la tecnología ha traído grandes beneficios. Ha contribuido a la realización de actividades en menor tiempo y con mejores resultados, no obstante, estamos en un punto donde parece que la utilización de internet nos está perjudicando. Hemos dejado de pensar, de reflexionar, de mirar a la persona que tenemos a lado y conversar. Los momentos de ocio cada vez son menos, pues ante la mínima sensación de aburrimiento, siempre habrá algo que ver en YouTube o en redes sociales. Ni adultos, ni jóvenes y tampoco niños se pueden autorregular, se duermen y se despiertan viendo alguna red social y si despiertan durante la noche, también la revisan.

El término “podredumbre cerebral” es un síntoma de la sociedad que hoy tenemos. Es momento de hacer a un lado el dispositivo móvil, alejarse de internet y pensar si el consumo de información que tienen es moderado, si la respuesta es no, el mundo real los está esperando.