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EMERGENCIAS Y URGENCIAS 35
- Daniel Valdez García
- 9 febrero, 2025
- Columnas
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9 de febrero de 2025
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas, Hoy, en este quinto domingo del tiempo ordinario, permitámonos ser tocados por la sabiduría del evangelista San Lucas, el “médico amado” (Col 4,14). En nuestra reflexión número 35, exploramos “Emergencias y Urgencias”, conectando las Sagradas Escrituras con las vivencias humanas, especialmente en sus momentos críticos.
Recordemos el importante pasaje de San Lucas 5, 1-11: Jesús, rodeado de un pueblo hambriento de su palabra, ve dos barcas en la orilla. Se sube a la barca de Simón y, con amor y paciencia, enseña a la multitud. Después, invita a Simón: “Lleva la barca mar adentro y echa las redes”. Simón, agotado por una noche sin frutos, responde: “Maestro, hemos trabajado toda la noche sin éxito; sin embargo, confiando en ti, echaré las redes”. Y sus esfuerzos se colmaron de bendiciones, con tanto pescado que las redes casi se rompían.
El asombro llenó a Simón Pedro y sus compañeros, al igual que a Santiago y Juan. En medio de su humildad, Pedro se postró ante Jesús: “¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!” Pero Jesús, con amor infinito, respondió: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Dejó todo y lo siguió.
Al finalizar el año 2000, el Papa San Juan Pablo II nos obsequió la Carta Apostólica “Novo Millennio Ineunte”, recordándonos el llamado de Jesús a Pedro: «Remar mar adentro; Duc in altum». Es un llamado eterno que nos guía a mirar con gratitud nuestro pasado, vivir el presente apasionadamente y abrazar el futuro con confianza: «Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre» (Hb 13,8).
Concluía con estas palabras: ¡DUC IN ALTUM!, caminemos con esperanza. Un nuevo milenio se abre lleno de posibilidades, como un océano vasto donde aventurarnos confiando en Cristo, nuestro eterno guía. Hoy celebramos el Año Jubilar, ese manantial viviente de esperanza que nos invita a renovar nuestro caminar: «Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones» (Mt 28,19). Nos adentramos al tercer milenio con el ardor de los primeros cristianos, fortalecidos por el Espíritu Santo, que nos impulsa a una misión divina, la esperanza que jamás defrauda (Rm 5,5).
Ahora, inauguramos el Jubileo de la esperanza, iniciado el 24 de diciembre, que concluirá el 6 de enero de 2026. El Papa Francisco proclama «Spes non confundit», «la esperanza no defrauda» (Rm 5,5). Confiemos en esta continuidad del magisterio, que tan generosamente nos guía.
Qué bendición ser cristianos, pues no anunciamos ideologías vacías, sino a Cristo y su Evangelio eterno. Frente a los desafíos de nuestro tiempo, en redes sociales y en la defensa de la dignidad humana, proclamemos con fuerza: ¡Duc in altum!, siempre llenos de esperanza.
En un mundo paradojal, que exagera la tolerancia en algunas áreas mientras despenaliza el aborto y la eutanasia, debemos alzar nuestras voces con valentía. Como Simón, ante la extenuación, decimos: “Confiando en tu palabra, echaré las redes”. Sigamos firmes en nuestra misión, que como San Pablo advirtió a los Gálatas, no anhelemos agradar a los hombres, sino a Dios, siendo verdaderos siervos de su Evangelio, que no es doctrina humana, sino divina (Gál 1,7-11).
A propósito de lo dicho antes, los invito a que reflexionemos sobre las “Personas Altamente Sensibles” (PAS), quienes sienten el mundo con intensidad única, más allá del ruido, la luz y las emociones ajenas. En este tiempo, algunos pueden volverse intolerantes o confrontativos bajo la máscara del anonimato. tienen una mayor sensibilidad a estímulos como el ruido, la luz, los olores y las emociones de los demás, en el diálogo son intolerantes, en la redes sociales son “hates” y en todo lo que les conviene manifiestan aceptación. Los adolescentes se autolesionan en las piernas y brazos con el cúter para liberar ora, odio o frustración.
No obstante, la PAS también puede significar profundidad y reflexión, un don que necesitamos para observar y actuar con sabiduría. Hay tres tipos de PAS: súper sensor, súper sensible y estético. Psiquiátricamente, el síndrome de alienación parental (SAP) nos muestra la manipulación en las relaciones de las PAS, un reto al que también debemos responder con amor y claridad.
El psiquiatra infantil Richard Gardner en 1985 para describir los signos y síntomas que presentan los niños que han sido alejados de uno de sus padres a través de la manipulación del otro. Y esto mismo acontece con una sociedad cuando las instituciones son paternalistas o maternalistas. Por eso en la Iglesia hemos de « remar mar adentro » para pescar: « Duc in altum » (Lc 5,4), al respecto dijo el Papa Francisco: “La Iglesia no debe ser como «una niñera que cuida al niño para que se duerma». Si así fuera, sería una «Iglesia adormecida».
Quien ha conocido a Jesús tiene la fuerza y el coraje de anunciarlo. Del mismo modo, quien ha recibido el bautismo tiene la fuerza de caminar, de ir hacia adelante, de evangelizar. Y «cuando hacemos esto la Iglesia se convierte en madre que genera hijos», capaces de llevar a Cristo al mundo” (abril de 2013).Hoy, como al año de mi llegada entre ustedes les recordé el origen del título de la imagen de nuestro padre Jesús.
Hoy les recuerdo el dulce llamada “necuesquite” (maíz tostado con piloncillo), hoy adulto mayores de niños intercambiaban mazorcas por pinole o el dulce mencionado, cuyas propiedades son energéticas y expectorantes. Hoy doy gracias a Dios por estos diez años de profundo aprendizaje conjunto, donde he tenido el privilegio de ser padre, pastor, hermano y amigo.
He caminado junto a ustedes, impregnado del amor y la cercanía de esta comunidad que me ha recibido con los brazos abiertos y me ha permitido crecer con el verdadero “olor a ovejas”. La unión y el cariño que hemos compartido son un tesoro que celebro con el corazón lleno de gratitud y amor sincero.« Duc in altum », amén, amén, Santísima Trinidad.