GRILLANDO

Durante 15 años de mi vida tuve la oportunidad de realizar campismo y senderismo, donde una constante siempre era convivir con las personas de las zonas rurales, campesinos, agricultores o ganaderos, que sin conocerte tenían la nobleza de ofrecerte un vaso de agua o una tortilla con salsa, un amplio sector de la sociedad que no pudo evolucionar en lo económico provocando que a lo largo de la historia de nuestro país hoy siga latente el cáncer de la pobreza que alcanza a 46,8 millones de mexicanos, es decir, el 36,3 por ciento de la población total, un número alto y preocupante a pesar de los esfuerzos por reducir estas cifras negativas.

En México, la pobreza nos lástima constantemente, pues la vemos en todos los poblados, en las calles y en diversos lugares donde la gente, al carecer de recursos económicos para salir adelante, condena el presente y el futuro de sus familias.

Lo anterior lo comento, porque ayer se conmemoró el Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza que tiene como objetivo no dejar a nadie atrás, porque la prosperidad es y será compartida, pues a nivel global según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, una de cada diez personas de las regiones en desarrollo viven con menos de 1,90 dólares al día, por lo que son personas que carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, entre otros aspectos importantes para tener una vida digna, una de las muchas cifras sobre la pobreza que definitivamente necesita ser atendida con innovadoras estrategias políticas y económicas.

Desde el origen de este día, que fue el 17 de octubre de 1987, el objetivo es poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo, por lo que este año tuvo como lema el acabar con el maltrato social e institucional, algo que aunque parece atípico, guarda en esencia la evolución de la humanidad.

La historia de México se centra en la lucha por lograr una sociedad más justa y equitativa, donde el pueblo tenga más oportunidades y menos carencias, una labor que no solo es del gobierno, sino de una sociedad que más que nunca debe entender que la solidaridad y la fraternidad son valores que nos permiten extender la mano a quien más lo necesita, una  necesidad que tenemos como nación por lo que diariamente debemos trabajar a fondo para reducir las enormes cifras de pobreza y así dar pasos firmes para que año con año más personas tengan una vida digna.

LA GRÁFICA DE HOY

Es de estos cafres y camioneros que tenemos que seguir aguantando todos los días en el Valle de Toluca, pues la Secretaría de Movilidad, que encabeza DANIEL SIBAJA, ha sido incapaz de poner orden y ni hablar de la Policía de Tránsito que solo sirve para morder y extorsionar a los ciudadanos, pues son inexistentes para garantizar el orden en nuestras calles y avenidas.

Todas las mañanas, en el cruce de Heriberto Enríquez con Las Torres en Toluca, los camioneros y taxistas piratas, invaden el carril del retorno para evitar evadir el tránsito, por lo que se le meten a la brava a los automovilistas sin importarles que bloquean el carril que usan muchos conductores que dan la vuelta en u.

Con mucho trabajo y a pesar de tener una foto, medio se alcanza a distinguir que la placa de este cafre es la 718836, pues estas chatarras están llenas de publicidad, por lo que es difícil identificar a qué líneas pertenecen o su número, una impunidad total de la que se cuelgan estos sujetos sin un gramo de educación para seguir ocasionando caos, accidentes, muertes y heridos, tolerados por la autoridad que debería controlarlos.

Según esto habían dicho que a los cafres se les iba a quitar la concesión, pero al parecer solo fueron promesas de cantina, pues no solo en el cruce que menciono se ve el caos ocasionado por los camioneros, sino en todo el Valle de Toluca, por lo que ojalá un día llegue alguien con la voluntad de poner en orden a esta mafia, que de verdad es un cáncer vial para todos los ciudadanos.

Y VA DE CUENTO

Dos amigos están echando un trago en la cantina La Luz, cuando uno de ellos, de nombre RAÚL MANDUJANO, le dice al otro: Si no fuera por el bigote, serías igualito a mi suegra.

Su amigo, PONCHO ACOSTA, le responde: Oye, pero si yo no llevo bigote…

A lo que le responde RAÚL: Pero ella sí…

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en “X” en @pepenader y en [email protected]