Ley y Realidad

Por Iñigo Cantú 

La igualdad entre hombres y mujeres, las buenas intenciones y la verdadera acción del Estado. Sin demagogia

En el derecho mexicano y prácticamente en todo el mundo, los abogados coincidimos en que en el ámbito lega existen las normas perfectas y

 las normas imperfectas. Al respecto, las normas perfectas son aquellas que tienen una sanción adecuada y las imperfectas las que no tienen sanción.

Lo anterior, tiene lógica, pues hacer una norma cuyo incumplimiento no tenga sanción es un buen deseo, una buena intención, pero no obliga a nadie a su cumplimiento. En resumen, ¿Para qué poner en una norma algo si al incumplirlo no hay un castigo? 

Ahora bien, en México tenemos una Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, que establece una serie de mecanismos para incrementar la política nacional de fomento a dicha igualdad, sin embargo, su incumplimiento, no tiene sanción.

El tema no es menor, ya que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Opinión en vivienda 2022 (ENO) (la última publicada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos) respecto a la igualdad entre hombres y mujeres, reveló que los tres derechos humanos, que las mujeres encuestadas más señalaron, como poco/ nada respetados en México son: el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia (71.6%), al acceso a la justicia (70.5%) y el derecho a la no discriminación (68.7%). Mientras que, para los hombres, en primer lugar, se encontró el acceso a la justicia (67.9%); en segundo, un entorno y movilidad seguras (66.9%) y en tercero, a la no discriminación (65.5%).

En las conclusiones a dicha encuesta, la CNDH, entre otras, concluye: “Resulta preocupante, aunque no sorprendente, que de acuerdo con la ENO 2022, casi 6 de cada 10 personas opinan que en México a las mujeres se les discrimina por el hecho de ser mujeres, ya que diariamente y en todos los espacios públicos y privados, encontramos la constatación de ello. En México, la discriminación por razones de género continúa siendo un grave problema que está presente en mayor o menor medida en la vida cotidiana de las mujeres, en sus hogares, en sus relaciones de pareja, en el espacio de trabajo, en la comunidad y en espacios institucionales. Si bien, se reconoce que se han implementado diversas medidas y acciones en la materia, es necesario que se fortalezcan las acciones encaminadas a la eliminación de la discriminación contra las mujeres, que haga posible alcanzar la igualdad formal y sustantiva… 

Si bien la CNDH está haciendo su labor al recomendar la implementación de estrategias y acciones contundentes, el resto de los órganos del Estado, siguen haciendo normas imperfectas.

No quiero dejar de reconocer que existe la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas; en la primera, su artículo 60 establece que será causa de responsabilidad administrativa el incumplimiento de esta ley y se sancionará conforme a las leyes en la materia y en la segunda, existen diversos tipos penales relacionados con la trata y el abuso de personas sin embargo mi análisis va más en el tema de la discriminación del día con día, es ahí donde hay que trabajar.

En efecto, la protección en los ámbitos de trata y abuso, que sufren las mujeres, por supuesto que se sanciona, pues, la violencia tiene como consecuencia, la comisión de un delito y, el establecimiento de leyes que hagan énfasis en la protección de las mujeres es un gran avance, sin embargo, quisiera ir un paso atrás, quiero enfatizar mi crítica en la desigualdad que genera, no la comisión de un delito sino en los actos que incluso no se consideran un abuso en la vida cotidiana por los que lo irrogan y lo sufren.

Me explico, de la ENO, se advierte que la gente encuestada percibe que además de la violencia, el derecho a la no discriminación es un verdadero flagelo en perjuicio de las mujeres de nuestro país. Pues bien, erradicar dicha percepción, no solo se logra con buenas intenciones. Imaginemos por un momento que quien contrate mujeres en cualquier puesto obtenga un beneficio fiscal, o que se otorguen beneficios fiscales a madres solteras, deducciones ciegas o apoyos económicos relacionadas con el número de hijos, tanto a madres como a parejas. 

Solo como comparativo en los Estados Unidos de América, las mujeres que obtienen hasta doscientos mil dólares al año o las parejas que obtienen hasta cuatrocientos mil dólares al año son elegibles para obtener hasta $2,000 dólares por hijo, como crédito fiscal o como ingreso, en México se apoya a ninis pero no se apoya a madres solteras, generando así un incremento en la desigualdad porque una mujer nini con hijo(s) tiene el mismo ingreso y mantiene a dos o más y un hombre nini solo a el y lo mismo pasa con hombres solos y madres solteras que si trabajan.

En la CDMX existen algunos beneficios en el pago de predial a mujeres solteras, pero no existen, por el momento, apoyos especiales para obtención de vivienda o pago de rentas a madres solteras.

Disculpa querida lectora que me quede solo en el tema económico, sin embargo, la estabilidad económica genera igualdad. De tal suerte que, si una mujer no necesita estar “atada a un hombre” ya sea porque le da dinero, casa o sustento, entonces la igualdad es más sencilla. Recordemos, por ejemplo, la sujeción que tiene una mujer y sus hijos a un hombre que “si no hace lo que les dicen” entonces no les da… no voy a decir lo que pienso de esos hombres, que al divorciarse o separarse creen que dejando de mantener a sus hijos castigan a la mamá. Pero esos hombres no merecen ser padres y ojalá les cayera todo el peso de la ley.

En fin, recomiendo que la CNDH y las demás generadoras de recomendaciones, hagan recomendaciones reales, medibles y alcanzables. 

Verán que en el momento en que una mujer sepa que no tiene que aguantar abusos (castigables o no por la ley penal) ello no significa que sus hijos no tendrán donde vivir.

Es importante mencionar que debe ser el Estado quien asuma esas obligaciones y  no los patrones, porque eso genera más discriminación por género, ya que todas aquellas mujeres que por sumisión, prohibición o usos y costumbres no aprendieron a trabajar, quedan fuera de la posibilidad de obtener un trabajo y eso genera un círculo vicioso, en cambio, sí se generan políticas de comunicación e implementación de apoyos a las mujeres con hijos o a las mujeres en general, los hombres no tendrán poder económico frente a las mujeres y ellas podrán ir saliendo solas.

Claro que además hay que generar políticas tributarias para promover en los patrones, la contratación de mujeres, que no se quede en buenas intenciones, que se les exija a ser mejores trabajadoras pero que también se les apoye con todo el poder del Estado.

No nos engañemos, las mujeres en México son entronas, trabajadoras y valientes, pero también son extraordinarias madres que están dispuestas a ceder todo su poder por sus hijos. Ayudémoslas a no tener que ceder su poder para proteger a sus hijos como única opción porque el único que genera es el hombre. 

Ig. @leyyrealidad