GRILLANDO

Recuerdo que un día antes, el cielo se pintaba de rojo al atardecer como presagiando de que unas horas después nuestro querido México viviría uno de sus episodios más trágicos de su historia al sufrir un terremoto que dejó miles de víctimas y el dolor de un pueblo que, a la fecha, sigue teniendo las cicatrices del 19 de septiembre de 1985. 

Me lavaba los dientes, cuando el suelo se empezó a mover, momentos de desconcierto que se transformaron en un terror que un niño no podía comprender y que solo observaba desde el séptimo piso del departamento en el que vivía, la forma en la que los edificios se mecían de un lado a otro, como si fueran simples juguetes.

El 19 de septiembre, lo llevaré siempre en mi mente, porque preocupados por mi tía MAVIS nos dirigimos a una zona de la Ciudad de México donde varios edificios se habían derrumbado y donde milagrosamente mi tía, se había salvado, sin embargo, a donde volteáramos, el escenario era desolador, olía a gas, a polvo, a sufrimiento y desesperación, pues la información fluía lentamente, y la preocupación aumentaba ante la incertidumbre de si nuestros seres queridos habían sobrevivido al terremoto.

Después de tan impactantes imágenes, la naturaleza nuevamente se ensañó y al día siguiente, otro temblor lastimaría el corazón de una nación que perdía su alegría y vivacidad ante el complicado escenario que se vivía.

Quienes vivimos el terremoto del 85, siempre tendremos esa cicatriz y más cuando el destino nuevamente se encapricho y en el 2017, en el mismo día, otro terremoto impacto gran parte del territorio nacional, reiterándonos la lección de lo frágiles que somos ante el poder de la naturaleza.

Por lo anterior, el 19 de septiembre, nunca será un día común en México, es un día de luto, de reflexión y de tomar acciones para fomentar la cultura de la prevención y no de la lamentación, más cuando vivimos en una zona sísmica que constantemente es una amenaza que nos conmina a estar preparados ante cualquier sismo y evitar que vivamos momentos trágicos como los del pasado.

LA GRÁFICA DE HOY 

Es sobre el mensaje de la gobernadora del Estado de México, DELFINA GÓMEZ ÁLVAREZ, respecto a fortalecer las políticas públicas a favor de los seres sintientes, por lo que destacó que durante su administración se han logrado 7 mil 340 esterilizaciones, 5 mil 220 desparasitaciones y se han concretado 53 adopciones.

Ver animales en la calle, en el abandono, sufriendo, atropellados en la carpeta asfáltica o en condiciones deplorables, no es algo normal, al contrario, refleja uno de los lados más miserables de una sociedad que no puede continuar ignorando el sentir de aquellos que no pueden expresarse, pero que demandan de una vida digna.

En este sentido, la mandataria mexiquense dijo que su gobierno a través de la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna, encabeza acciones como el programa de control ético de sobrepoblación canina y felina en el Estado de México, programas que se tienen que fortalecer, pues de hecho hay que impulsar una mayor rigidez legal para que la gente entienda que el poseer un animal demanda de una enorme responsabilidad.

El ver a un perro, un gato o cualquier otro animal, sufriendo en la vía pública, me genera dolor, por lo que uno quisiera rescatar a todos los que observamos en condiciones precarias, una tarea imposible en lo individual, por lo que es fundamental que autoridades y sociedad avancemos de forma concreta para que en México y en la entidad erradiquemos el sufrimiento de los animales, pues como bien lo decía MAHATMA GANDHI, “la grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que se trata a sus animales”.

Y VA DE CUENTO

En un avión iban cuatro personas, un político, un sacerdote, un futbolista y un niño. En eso uno de los motores del avión se estaba incendiando, entonces el capitán dice: Hay cuatro paracaídas, uno para mí y el resto son suyos.

Entonces se lanza el político, de nombre JORGE CASTILLO, dice: Yo soy el presidente más inteligente y veraz del mundo. Entonces tengo derecho y se tira.

Luego el jugador de futbol, de nombre LEO DÍAZ, dice:  Yo agarraré otro, porque el mundo va a necesitar mis goles, entonces me toca tomar uno y se tira.

Entonces el sacerdote, de nombre ÚLISES URBINA dice: Hijo mío, solo quedan dos, toma el mío, tendré que sacrificarme, porque Dios no me perdonaría que deje morir a un pequeño e inocente niño.

Entonces el niño, de nombre DANIELITO ARRIAGA, le comenta: No se preocupe mi padre, el mamón del presidente que se dijo ser el más inteligente y veraz del mundo, se tiró con mi mochila.

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en “X” en @pepenader y en [email protected]