El deporte no construye el carácter: lo revela. Heywood Broun

Cuando hay intensa actividad deportiva, los latidos aumentan considerablemente, tanto que no sabemos ni que ver y pareciera que estaríamos dispuestos a estar en todos los momentos posibles al mismo tiempo, sin embargo, eso es imposible pero sin duda son momentos que nos invitan a la reflexión en todo sentido, además de que sin vacilar aceptamos la responsabilidad de apreciar un evento como si estuviéramos presente y luego entonces, cuando la adrenalina recorre el cuerpo, somos capaces de experimentar los más altos deseos deportivos como si fuéramos los auténticos protagonistas de ocasión y lo somos! Nos convertimos en los más fuertes y feroces conocedores del momento como si de eso dependiera la economía del país o más aún, convertidos en mesías de las audacias deportivas como si fuera la vida misma, empero, en toda situación deportiva, cualquiera que sea la disciplina -cualquiera eh- así como en la vida misma, pareciera pecado capital quedar en segundo lugar y no lo es carajo! lo que sucede es que históricamente no se contempla esa alta posibilidad y luego entonces, abundan los comentarios soeces y sin sentido alguno que solo despotrican banalidades sin sentido, minimizando, ridiculizando y hasta demeritando, cuando la realidad es otra, tan sencilla como compleja: hay que saber perder y reconocer. ¿Notaron algo diferente o irreal este fin de semana en materia deportiva? Si me refiero a nuestro país, seguramente habrá alegría porque el balón está rodando en las distintas canchas de futbol y porque muchos fincan sus ilusiones en este rubro. Yo no. Aprendí a darle su real dimensión, momento y situación que no debe pasar inadvertida, pero existen múltiples opciones para todos, es más, para quienes nos les gusta lo demás, pues deberían echarle un vistazo porque se necesita -jajajaja- y no decir que ese deporte ni les gusta ni le entienden.

Déjenme ir al meollo del asunto y espero, al menos, aportarles algo diferente y muy realista que hoy en día es muy raro y del circo existen muchos payasos disfrazados de colegas baratos e incoherentes. Por eso, porque han denostado lo que ignoran que significa un segundo lugar, es que aposté por este texto, porque no es nada sencillo siquiera llegar a una etapa final de competencia y mucho menos sucumbir en una final ¿bajo qué argumentos exponen sus precarias ideas? Durante mi desarrollo profesional llevo escuchando y leyendo a muchos que se atreven a decir que “el segundo lugar es el mejor de los perdedores” o aquella frase de que “no se gana la plata, sino que se pierde el oro” para esa “gente opinóloga” y más, les digo que certeza y conocimiento de causa que caer en una Final no debería verse como algo vergonzoso. Si bien se trata de un fracaso ya que no se logra un objetivo y quedarse en la orilla es sumamente frustrante y muy triste, pero sin duda alguna, forja el carácter y se tiene y debe aceptar que en el deporte como en la vida se puede ganar o se puede perder. ¿Qué tiene de malo rendirle tributo, agradecimiento y reconocimiento a quienes no pudieron ganar, pero llegaron a una Final? Ejemplos: Santiago González y Guiliana Olmos, en Wimbledon, final de parejas mixto; Novak Djokovic, final masculina Wimbledon; Colombia, final de la Copa América; Inglaterra, final de la Eurocopa; entonces estos casos ¿son unos auténticos y reales perdedores? Aaaaaah porque como les encanta despotricar a muchos de que son un fracaso cuando no ganan por infinidad de detalles que desconocen y hasta me atrevo a decir, casi casi a meter las manos al fuego, que en su vida han jugado al tenis o al futbol de manera competitiva, porque basta recordar que hasta en las canicas -al menos a mí- que había que ganar, pero que si perdía le diera la mano al contrario aún cuando esto significaba que se llevara mis agüitas, bombochas y más. Y lo mejor del caso era y es que horas después, un día o 2, quizás, la vida se encarga de colocarnos en el día, hora y lugar correctos para intentarlo una vez más, a veces incluso puede tardar un poco o mucho más pero llega, el tema es no decaer, no cesar en la intentona y superarse a sí mismos, porque si bien es cierto que cuando el o los vencedores están en fiesta festejando su logro deportivo, esa se queda en la cancha con los vencedores como únicos protagonistas quienes saltan, se abrazan, lloran, brindan, dedican su triunfo, dan vueltas olímpicas, las tomas de televisión de plano se olvidan de visitar al vencido y entonces ni siquiera nos damos cuenta de dónde quedaron.

Al menos YO soy de los que piensa que un segundo lugar es muy digno. Es cierto que a nivel individual, parejas, y esos equipos se quedan en la orilla y que no hay nada como el triunfo, y si como aquella frase que se convirtió en adagio deportivo de Vince Lombardi de que “ganar es lo único” pienso que perder una Final -de cualquier certamen- debe enfrentarse  con la frente y el orgullo en alto, a tope, y reconocer que el vencedor fue más efectivo y certero en ésta ocasión, y entonces también merecen -al menos- el aplauso y reconocimiento  de los aficionados y el prestigio de la historia deportiva, que dicho sea de paso, hago una precisión más: si seguimos enseñando a los niños y jóvenes a luchar y vencer, también debemos necesaria y obligadamente sembrar la humildad en que “hay que saber perder”

Pásenla bien!!!