La despedida de los partidos.

La triada de partidos PRI, PAN y PRD tuvieron un golpe de realidad electoral el pasado 02 de junio de 2024, con resultados que los colocan como las últimas tres fuerzas políticas por debajo incluso de partidos que siempre se han considerado rémoras o parasitarios de los más grandes, como el PVEM o el PT.

De hecho, el segundo partido más importante ahora es Movimiento Ciudadano, que de apoco van haciéndose de un público importante principalmente en Jalisco y Nuevo León, pero sobre todo, de jóvenes que serán los siguientes electores.

Lo interesante en este escenario es que se confirma lo que se ha criticado desde esta tribuna en repetidas ocasiones desde hace casi un año: los partidos han perdido 3 cosas: 1 Su capacidad de hacerse de las inquietudes ciudadanas, ya sea con promesas auténticas que den soluciones indispensables o con acciones que pongan fin a problemas cotidianos. 2 La capacidad de auto crítica, pues el mundo ya cambió y los discursos huecos prometedores de algo mejor ya no son creíbles, con líderes que se auto proclaman como ganadores, aunque sea evidente la derrota. 3 La capacidad de renovar su membresía, pues resulta que siempre son las mismas personas las candidatas, mismos apellidos, el hijo de, el amigo que está en el mismo grupo, por lo que se pierde el interés y se pierde el sentido de la repartición del poder entre la militancia.

En cierto punto puede decirse que los partidos políticos perdieron su razón de ser, pues no son la manera de detentar el poder desde la ciudadanía como dice la constitución, sino que son hoy el modelo para que un grupo se mantenga en el poder mediante prebendas y arreglos por debajo del agua, para que el mismo grupo tenga poder de decisión a nivel gubernamental, y seguirse perpetuando.

El PRD ya perdió el registro y su dirigente apareció en la televisión expresando que no pasa nada y que es la oportunidad perfecta para resurgir con nuevos bríos, lo cual es hasta cierto punto verdadero, únicamente en el ánimo, pero negando que es bueno aceptar la derrota ya que al mismo tiempo se evidencia la autocrítica que es el primer punto para poder generar una verdadera transformación.

Es evidente que en términos generales, los partidos han caído en la obsolescencia, pues si uno lo observa bien, MORENA es en realidad la partidificación de la persona Andrés Manuel López Obrador; Movimiento Ciudadano es la partidificación de los dos gobernadores, el de Jalisco y el de Nuevo León, pero qué pasaría si salen de estos partidos tales personajes, aparentemente se desfunda todo el grupo y pierde sentido el voto, pues la gente está eligiendo el proyecto que acompaña al caudillo, el que representa, no a una institución porque ese ente ya no tiene valor electoral ni contenido.

Espero que los representantes de la oposición que aún es importante (de casi 50%), se pongan inteligentes y en la siguiente reforma electoral, le otorguen mayores oportunidades a los candidatos independientes o las candidaturas no registradas, porque de ahí va a venir el nuevo ideólogo de la política mexicana, una vez que la gente se desencante de las malas decisiones que tome el siguiente gobierno. Lo digo con tristeza, pues a nadie le conviene que le vaya mal a México, pero aún sin tomar posesión de la presidencia Claudia Sheinbaum ya afectó la economía nacional con un 10% de afectación de la paridad peso dólar, con tan solo un mal comentario.