Política social debe partir de espacios en los que se desenvuelven las personas: Fuentes
- Laura Velásquez Ramírez
- 20 septiembre, 2019
- Estado de México
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Toluca, Méx.- Mario Luis Fuentes, coordinador de la Especialización en Desarrollo Social del Posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que la pobreza, desigualdad, exclusión y vulnerabilidad afectan la vida de millones de mexicanos y sus espacios primarios, por lo que pronunció en que la política social parta del reconocimiento de los diversos tipos de sociedades que hay en el país y en cada estado y región.
Con un cuestionamiento fuerte a la idea de capital humano que se ha impulsado sobre todo desde el año 2000 y un llamado a que se cumpla el precepto sobre los derechos humanos consagrado en el artículo 1 de la Constitución, dictó la conferencia, La cuestión social en el siglo XXI en el conversatorio Laboratorio de ideas Encuentros para el diálogo creativo» organizado por El Colegio Mexiquense.
A partir un recuento histórico, en que defendió la asistencia social y privada nacida en el siglo XIX y del análisis del surgimiento del combate a la pobreza como una política pública, Mario Luis Fuentes se concentró en las dos últimas décadas para evaluar la idea de capital humano que supone el reconocimiento del mercado a los individuos que se esfuerzan para participar de sus beneficios.
Defendió la idea de que los mexicanos tienen capacidades diferentes en función de las cuales actúan con mayor o menor éxito, por lo que no se puede partir de que todos los integrantes de la sociedad pueden lograr los mismos resultados.
Sobre la base de la diversidad social, propuso que el punto central de toda política social debe ser el reconocimiento de los contextos sociales, pues es en los espacios básicos; la familia, la escuela y el espacio público, donde se aprende a respetar la ley, el respeto a la diferencia y la tolerancia.
Rechazó que se deba usar la idea de asistencialismo como sinónimo de paternalismo, pues, aseguró, es arrogante pensar que todos los individuos son capaces de participar en el mercado como lo supuso la obsesión por formar capital humano que ha permeado los programas sociales desde hace casi treinta años, en especial la tríada Progresa-Oportunidades-Prospera.
Consideró que en política social hay que poner nuevamente en el centro a la sociedad y ejemplificó con el caso del Estado de México y sus contrastes entre el sur donde ocho de cada diez personas son pobres.
Consideró que la sociedad debe ser el primer gran tamiz para pensar qué está haciendo la política social, por lo que remitió a los efectos que tiene la violencia, en especial o los feminicidios, que colocan al Estado de México en segundo lugar nacional en ese renglón, y la diversidad de acceso y disfrute de los derechos sociales, que no han sido medidos apropiadamente para asegurar el grado de beneficio que alcanzan los individuos.