La UNAM viaja a la Luna

Ciudad de México.- La madrugada de este 8 de enero, despegó la nave Peregrine Lunar Lander que en su tripulación destacan instrumentos científicos de siete países, entre ellos, cinco micro robots diseñados en México, con el fin de explorar la superficie de la Luna, las propiedades térmicas del regolito lunar, es decir, la capa de materiales no consolidados que descansan sobre roca sólida; así  como la abundancia de hidrógeno en el suelo del lugar de aterrizaje y el seguimiento al entorno de radiación.

Colmena es un proyecto mexicano, el primero de su tipo en Latinoamérica, en el que participaron aproximadamente 250 estudiantes liderados por el Dr. Gustavo Medina Tanco, y desarrollado en el Laboratorio de Instrumentación Espacial del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional de México.

No obstante, tras unas horas de su despegue, se informó que toda la misión podría encontrarse en peligro, por lo que los artefactos Proyecto Colmena, podrían no cumplir con su objetivo.

De acuerdo con los especialistas, los enviados especiales fueron pensados para convertirse en un ligero enjambre de exploradores y mineros lunares: con 60 gramos y 12 centímetros de diámetro, estos robots pesan menos que una manzana y son de los más pequeños que han llegado al espacio.

“El enjambre” demostrará su capacidad para sobrevivir, moverse y comunicarse, señala la página del Laboratorio de Instrumentación Espacial del Instituto de Ciencias Nucleares (LINX-ICN), de la UNAM.

Para llegar a este punto, deberán cumplirse varias fases previas que se irían desarrollando a lo largo de la estancia de los robots en la Luna.

En la fase 1, Colmena se enfrentará al máximo estrés mecánico. Durante la fase 2, que es la trayectoria, Colmena deberá soportar la alta radiación de la magnetósfera. En la tercera fase-alunizaje, contemplado aproximadamente hacia el 23 de febrero, se cuentan dos días terrestres más hasta el despliegue, la expulsión de los cinco micro robots hacia la superficie lunar, tarea que estará a cargo del “Módulo de despliegue y telecomunicaciones -TTDM- de Colmena.

Para la cuarta fase, los micro robots se desplegarán en la superficie lunar y entrarán a la fase 5, misión tecnológica, donde los robots se activarán, calibrarán y comenzarán a buscarse mutuamente para conectarse de manera electrónica con el apoyo de su módulo TDDM.

Mientras que en la fase 6, misión científica, harán estudio del regolito lunar y maniobras para posteriormente buscar formar un panel. Tras ello, los pequeños robots se apagarán por 14 días terrestres.

La fase 7, es el segundo amanecer lunar, y existe la posibilidad de que los robots se reactiven como un procedimiento adicional de prueba. Sin embargo, es uno de los aspectos más complicados de una misión sobre el satélite terrestre debido a que los artefactos humanos enviados no suelen soportar los extremos térmicos.

Colmena es la primera de tres misiones espaciales, que complementado con las dos que se vislumbra le sucedan antes de 2030, buscan desarrollar una capacidad tecnológica única a nivel internacional, que México podría utilizar como herramienta para participar de manera futura en alianzas estratégicas en la Luna y asteroides en el marco del proyecto Artemis de NASA,  para investigación, prospección de recursos naturales o actividad de extracción minera, además de la construcción de estructuras y paneles. (Fotografías: Gobierno Federal)