LOS 9 MESES EN 9 DIAS DE LA DULCE ESPERA
LOS 9 MESES EN 9 DIAS DE LA DULCE ESPERA DE LA VIRGEN MARIA
23 DE DICIEMBRE DE 2023: 8º día y 8º mes
SACERDOTE DANIEL VALDEZ GARCÍA
1. ¿POR QUÉ ESTAS REFLEXIONES?
Estamos a un día de concluir esta NOVENA DE NAVIDAD y he dicho que los motivos principales son lo que dice al respecto el Directorio para la piedad popular y la liturgia, tener en cuenta que la “misas de aguinaldo” don muy antiguas y se encuentran en la liturgia visigótica y en el siglo IV son una respuesta a las herejías de Arrio, así como que hace 453 años se realizo la primera posada en Acolmán, por la creatividad de l fraile agustino Diego de Soria. Además, lo que significa por nueve meses la dulce espera del nacimiento de un bebé.
Hoy estamos en el 8º día de la Novena, y corresponde hablar del octavo mes del proceso de embarazo. El bebé comienza a perder el lanugo que cubría su cuerpo y sigue aumentando de peso y tamaño, ahora se han limitado sus movimientos y, al mismo tiempo, no deja de presionar, cada vez más, la vejiga materna. En este mes, alcanzará cerca del 50% del peso total que tendrá al nacer. Su piel va teniendo un aspecto liso y sonrosado. Está prácticamente formado, pero sus pulmones aún no están maduros y, ante un parto prematuro, no podrían respirar por sí mismos. La dificultad para dormir y descansar produce fatiga en la madre, puede sentir acidez o estreñimiento durante esta fase, lo cual se debe al aumento del tamaño del útero que hace lentas, difícil y pesada la digestión.
2. REFLEXION FINAL. Si el viaje de Nazaret a Belén es de 4 a 5 jornadas, y María pronto dará a luz (Lc 2, 1-7), estamos ante la fortaleza de María y de José que se sobrepusieron al agotador viaje.
Dios se sirvió de este decreto del emperador romano para que María y José se encaminaran a Belén y allí naciera el Mesías, como había sido anunciado por los profetas, la Virgen comprendió que aquel empadronamiento era providencial. Ella había vivido tres meses en casa de Isabel y de Zacarías, quien, como sacerdote, poseía una cultura que le permitió acceder al texto sagrado y ser más consciente de que su Hijo había sido profetizado.
Estamos ante un pueblo para el que la figura del padre lo era todo o casi todo, y donde las mujeres carecían de importancia en el mundo social e, incluso, religioso. La Virgen sabía que su Hijo debía nacer en Belén. Habría leído y escuchado muchas veces los textos del profeta Miqueas (5, 1-4). Poco tiempo después, los sabios de la Ley consultados por Herodes, a la llegada de los Magos, sobre el lugar en el que según las Escrituras debería nacer el Mesías, contestaron sin vacilar que vendría al mundo en Belén de Judá (Mt 2, 1-6). María sabía que su Hijo era también Hijo de David. Este apelativo se convirtió en el mas popular de los títulos mesiánicos. Los enfermos y las multitudes lo repetirán con frecuencia en el curso de la vida pública de Jesús. Y Él lo aceptará; únicamente añadirá que es también el Hijo de Alguien más grande que David (Salmo 110).
“Todo tuyo, Madre mía”.