Los esquemas de carrera en la administración pública evitan improvisación y corrupción: Pardo

Zinacantepec, Méx.- Pese a que la profesionalización del servicio público no está en la agenda de los gobiernos federal, estatales y municipales, está demostrado que aplicar esquemas de carrera disminuye la corrupción, fortalece la gobernabilidad y aumenta la credibilidad de las administraciones; sin embargo, no se puede afirmar que este tema, aun con toda su importancia, vaya a ser atendido en algún momento y la situación actual no lo asegura.

Con la conferencia magistral «La profesionalización de la administración pública, ¿recurso para combatir la corrupción?», María del Carmen Pardo, investigadora nacional emérita y profesora-investigadora de El Colegio de México, abrió las actividades de la Semana de las Políticas Públicas, organizadas por El Colegio Mexiquense y coordinadas por Miguel Adolfo Guajardo Mendoza, profesor-investigador de la institución.

La reconocida especialista afirmó que las administraciones públicas están hechas para servir a la sociedad, no a quienes las encabezan o integran, y subrayó la relevancia de contar con funcionarios «muy bien armados», que sean designados y promovidos de acuerdo a esquemas de carrera idóneos para responder al aumento de las exigencias técnicas de puestos con tareas cada vez más complejas y que, sin renunciar a sus preferencias políticas, respondan a sus responsabilidades sin deberle el puesto a nadie más que a su desempeño.

Pardo propuso los esquemas de carrera como un recurso de profesionalización, sobre la base de que los funcionarios deben tener las mayores y mejores capacidades para enfrentar los retos con políticas públicas diseñadas para lograr los mejores impactos sociales en función de lo que el gobierno hace, sobre todo garantizar los servicios públicos y dar respuestas a las demandas ciudadanas de la manera más eficaz y eficiente.

Consideró que otros beneficios de dichos esquemas son la alineación entre el funcionario y el puesto, tanto como la posibilidad de ingreso al servicio y de promoción a través del mérito, así como separar el ámbito político de la responsabilidad administrativa, para lo cual es conveniente que los funcionarios, al menos de los niveles intermedios, no pertenezcan a partidos políticos, lo que si bien es un ideal, ayuda a que el funcionario pueda trabajar, primero y siempre, al servicio a la sociedad, sin renunciar a su convicción política, lo que supone asimismo un cierto nivel de neutralidad.

Con los esquemas de carrera se puede crecer, pues implican incentivos para que los desempeños sean cada vez mejores, además de que mejoran la gobernabilidad y atienden las aspiraciones de una sociedad abierta, plural y democrática, añadió la investigadora.

Aseguró que los esquemas de carrera favorecen una administración más responsable porque el servidor público no le debe el puesto a nadie, y este exige los atributos que el funcionario tiene; si bien la alta burocracia se integra con afines a los líderes políticos, la capa intermedia puede responder mejor en términos de su desempeño porque no le debe el puesto a nadie, y se garantiza seguridad a los funcionarios, los cuales pueden crecer y no ser despedidos por capricho, porque la evaluación está incluida.

En referencia a los municipios del Estado de México, los que serán renovados el año que viene, María del Carmen Pardo dijo que es de sentido común favorecer un mejor gobierno y la permanencia de funcionarios en determinados puestos, aunque admitió que aplicar esquemas de carrera es difícil porque los ayuntamiento se integran con la planilla ganadora, tienen periodos cortos, la reelección tampoco favorece ese recurso y sigue vigente la tradición de «correr a todos», pero de aplicarse tendría el beneficio de que no se intente, como hasta ahora sucede, inventar la administración con cada cambio de gobierno o partido.

Luego de reconocer que la Ley General del Servicio Profesional de Carrera de la Administración Pública Federal de 2006 no logró sus objetivos por falta de flexibilidad, dijo que entre los atributos de los servicios de carrera para hacer más competentes a las burocracias están los incentivos positivos, como la estabilidad laboral, ascender en el escalafón por desempeño y salarios acordes con el puesto.

Agregó a la lista el ingreso al servicio público de quienes tengan merecimiento, la mejoría de la capacidad técnica por mejor formación, la certidumbre laboral, niveles más altos de desempeño de la administración, la estandarización de procedimientos, la construcción de memoria institucional porque se aprovecha la experiencia, y la incidencia positiva en el combate a la corrupción.

Dijo que es indispensable romper la cultura del patronazgo, que los procedimientos no se pueden inventar cada seis años, recalcó la relevancia de atraer y retener al mejor funcionario público, de incrementar capacidades y mejorar el capital humano de las administraciones públicas, así como atacar el nepotismo y aceptar la necesidad de generar entornos de trabajo especializado, pues la complejidad técnica no es una exigencia en México, sino en el mundo.