La otra cara de la verdad: el fenómeno OVNI
Por: Jesús Humberto López Aguilar
Mucho se ha hablado en tiempos recientes de lo que muchas veces testigos provenientes de todas las latitudes no han sabido identificar en los cielos. Se trata de los antes llamados OVNI (Objetos Voladores No Identificados), ahora conocidos por FANI (Fenómenos Aéreos No Identificados). Términos que, para muchos escépticos, la mera mención de estos resulta incómoda o traída de una historia de ciencia ficción. Si bien es cierto, en nuestro país y en todo el mundo, especialmente en E.E.U.U., se han estado utilizando estos fenómenos para desviar la atención de otros temas de mayor criticidad, es innegable que, sobre nuestras cabezas, aparatos de origen desconocido han estado sobrevolándonos por mucho tiempo. Desde que se tienen registros hemos escuchado atónitos testimonios que relatan toda clase de avistamientos e incluso, encuentros con los tripulantes de estos objetos. La sociedad contemporánea ha hecho oídos sordos ante lo que este fenómeno puede significar para el desarrollo de nuestra civilización, e incluso, lo que ha significado para llegar a nuestro presente tal y como lo conocemos. Echémosle una mirada al pasado. Existen ruinas de civilizaciones muy anteriores a la nuestra que denotan una gran complejidad para su construcción, incluso teniendo a la mano tecnología actual. Dibujos y grabados en las que vemos toda la clase de seres no humanos, como en Tassili n’ Ajjer, en el desierto argelino, donde observamos figuras humanoides con escafandras, como las que usan los actuales astronautas de las agencias especiales, así como botas y cinturones que corresponden a vestimentas de nuestro tiempo, y no de hace miles de años, época en que fueron realizados estos grabados.
Hace algunas semanas escuchamos noticias de lo que parecía ser una de las primeras confirmaciones a nivel gubernamental de la existencia de este fenómeno. Fuimos partícipes de como unos exmilitares testificaban en el Congreso de Estados Unidos en favor de la presencia de estos objetos en el espacio aéreo de dicho país. Descripciones de naves que desafiaban las leyes de la física al acelerar a velocidades nunca vistas de un momento a otro.
Por otro lado, obtuvimos la confirmación de lo que ya era cierto para muchos expertos en ufología: la existencia de programas ultrasecretos para el estudio de objetos y restos biológicos no humanos recuperados hace décadas.
No es coincidencia que, en un siglo, concretamente en el XX e inicios del XXI, se hayan tenido mayores avances tecnológicos que en casi dos milenios. Las décadas de guerra y de la posguerra del siglo pasado se caracterizaron por tener un gran número de titulares relacionados al fenómeno OVNI, específicamente, de supuestos “accidentes” donde más tarde, personal militar intervino para resguardar los restos de estos siniestros. El más famoso de todos ellos es el de Roswell, Nuevo México. Según uno de los militares que testificaron en el Congreso, se hizo uso de la ingeniería inversa para descubrir la manera en la que operaba la nave recuperada. Sería fantástico tener conocimiento verídico de los hallazgos que hicieron estos programas con la tecnología recuperada, pero no sería descabellado pensar que mucha de la tecnología de la que disponemos hoy en día es producto de estas averiguaciones.
El próximo 12 de septiembre, tendremos un acontecimiento inédito no solo en México, sino en todo el mundo. La bancada de diputados Morena, dirigida por Sergio Gutiérrez Luna, anunció la realización de una audiencia pública encabezada por el gran ufólogo mexicano, Jaime Maussan. Según sus propias palabras, se estaría buscando normar el criterio del FANI e incluirlo en la Ley de la Protección del Espacio Aéreo, convirtiendo a México en el primer país del mundo en aceptar la presencia de los no humanos en el planeta.
No cabe duda de que hay problemas en el país que merecen más la atención de nuestros representantes, pero pensar en este fenómeno como un tema más de la cultura popular es un error garrafal. Hay mucho más en juego de lo que creemos. Que este evento sea un paso más en nuestra búsqueda de la verdad, porque la verdad nos hará libres, ¿o no?
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