CON RESPONSABILIDAD Y HUMILDAD

2 de septiembre de 2023:

Mes de la Patria mexicana

Sábado XXI del tiempo ordinario 

Sacerdote Daniel Valdez García

 

 

 

Amados hermanos y hermanas en Cristo Jesús, quiero compartir con ustedes que durante este mes en el que celebramos a nuestra amada patria mexicana, estaré ofreciendo reflexiones que, ante los desafíos y tribulaciones de la vida, revelen LA GRANDEZA DE LA ESPERANZA en la luz divina de la Palabra de Dios. Así descubriremos juntos las alegrías, las penas y las esperanzas que nutren los corazones de nuestros compatriotas

 

ENLACE: Anoche, bajo la brillante luz que emanaba de la parábola de las vírgenes descuidadas (Mateo 25, 1-13), desentrañé el mensaje que Jesús nos legó respecto a la trascendencia de los pequeños descuidos, cuyas consecuencias pueden ser profundamente graves. Ilustro el asunto al mencionar cómo los náufragos en las aguas del Caribe, en la península de Yucatán, Gonzalo Guerrero y Jerónimo de Aguilar, se fundieron con la noble comunidad maya. El relato de Bernal Díaz del Castillo en relación a la aclimatación de Gonzalo Guerrero a la sociedad indígena, así como su estrecha relación con su progenie, marca el inicio de la fusión racial conocida hoy como MESTIZAJE, que los llevó a luchar contra los colonizadores españoles que llegaron posteriormente. Para el ocaso del Virreinato, se registraba una población de seis millones de almas, de las cuales el 60% eran indígenas, mientras que el 40% restante eran criollos y mestizos. Será en el contexto de las Guerras de Independencia y la Reforma, así como durante el apogeo del ferrocarril en la época de Porfirio Díaz, cuando florezca el mestizaje biológico, cultural y religioso; un componente esencial que define la identidad de México, sin el cual resulta imposible comprender su esencia.

 

Hoy nos encontramos frente a un apasionante pasaje, el cual se refiere a los fascinantes “talentos” (Mateo 25, 14-30). En ocasiones, la Biblia puede ser malinterpretada, presentando a un Dios implacable y vengador, al cual se teme. Sin embargo, Jesús nos revela de manera cristalina a un Padre que ama de forma inmensa a sus hijos.

 

El temor es un obstáculo para aquellos que lo experimentan y una ventaja para aquellos que lo generan. Aquellos que poseen algún tipo de poder cosechan beneficios a partir del temor.

 

 

A nuestra amada patria mexicana, llegaron en el año 1524 doce Misioneros Franciscanos provenientes de la ilustre Provincia Española de San Gabriel. Estos valientes hombres fueron los primeros encomendados con la noble tarea de difundir el evangelio entre los habitantes de la entonces llamada Nueva España. A la cabeza de esta misión arribó fray Martín de Valencia, quien seleccionó cuidadosamente al resto de sus compañeros. Al enterarse de tan trascendental llegada, Cortés salió a recibirlos en compañía de numerosos indígenas y distinguidos caciques, entre ellos Cuauhtémoc, el último Huey Tlatoani azteca.

 

Con su humilde vestimenta y en noble actitud, los misioneros dejaron una gran impresión en los corazones de los indígenas, no solo por su coherente forma de vida, alejada de la arrogancia de los peninsulares, sino también por el respetuoso trato que dispensaban a todos aquellos que encontraban en su camino. Los habitantes nativos, en repetidas ocasiones, coreaban las palabras “Motilinía”. Ante la curiosidad de fray Toribio de Benavente, quien quería saber su significado, le informaron que se traducía como “el pobre”. Desde aquel día, el benevolente fraile fue conocido con el nombre de Motolinía y su sabiduría se puso al servicio de nuestros ancestros.

 

Los valiosos dones que estos misioneros trajeron consigo no estaban envueltos en la grandeza y la majestuosidad, sino más bien en la humildad y el afecto con el que trataban a todos los que se les acercaban.

 

Divino Creador, fuente inagotable de misericordia, aquel que envió a los doce apóstoles a esta tierra de México en sus albores, imploramos que nos otorgues la humildad y el afecto necesarios para relacionarnos como auténticos hermanos. Que podamos emular la actitud que tuvo la santísima virgen de Guadalupe hacia el indio San Juan Diego. Te rogamos esto en profunda comunión con el Espíritu Santo, bajo el nombre de tu amado hijo, Jesucristo. Amén.