EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 27 agosto, 2019
- Columnas
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Al año hay varias fechas que nos marcan el rumbo que habremos de seguir casi de forma permanente. Hay sueños que de a poco y con base en una buena formación se van construyendo y edificando caminos sólidos y llenos de buenaventura. En el mismo, de pronto surgen contratiempos y otras situaciones que provocan o que redoblemos esfuerzos o que sigamos con la clara consigna de ser mejores día a día.
Recuerdo a la perfección cuando mis padres mi llevaban al primer día de escuela a la primaria. Eran nervios consumados con un tinte especial que hacía que te re papaloteara la panza, pero que eran entrelazados todos los sentimientos porque por fin iba a estrenar esa mochila de piel con mis iniciales y aun cuando vacía en esa mañana, iba llena de alegría, expectación, ansiedad y un profundo amor por mi nueva casa.
Cuando llegamos, nos formaron a todos los de recién ingreso y de a poco fueron nombrando por el sonido, los apellidos y nombres y así nos íbamos ubicando en las respectivas filas con la docente en turno al frente. Viene a mi mente el momento de mi turno, así todo chaparro, flacucho y con las greñas a tope, eso sí, bien peinadito, con uniforme y mi mochila a la espalda, me coloqué en donde me correspondía. Así ocurrió hasta que nombraron a todos mis compañeros. “…a los alumnos de primero 1, pasen con la maestra Elvita…” uffff, como si fuera ayer y apenas han transcurrido algunos años…
Y a partir de aquel momento la vida fue distinta, hasta que llego el día de Educación Física y con la instrucción de ir vestido acorde al tema pero todo de blanco: short, playera, calcetas y tenis. Vaya legendaria y enigmática condición, aquello fue mágico y con un toque de locura por mi ser, pasaron los momentos de aprendizaje eterno, incluso hoy día sigue siendo pan de cada día y no debe detenerse hasta mi último suspiro…
Lo anterior obedece a este recién comienzo de las actividades académicas de educación básica en todo el país y donde seguramente contaremos con más y mejores herramientas para la transmisión del conocimiento, para arropar y guiar al alumnado y encausarlo a la preparación permanente. Acá radica otra parte importante del deporte, la recreación física, la actividad física y por supuesto la Educación Física.
Son momentos de estrechar los vínculos de cada uno de los puntos estratégicos de los planes en la materia y acercarlos a toda la comunidad estudiantil. Hoy no se vale ni se permite que no haya capacidad para brindar las mejores herramientas de desarrollo, porque uno tiene que brindar todo de sí en aras de la población y ese es un gran sentido de responsabilidad y la misma pasa por todos los ámbitos de vida educativa y donde, el sector deportivo está totalmente inmerso porque ese binomio significa el pleno desarrollo de los niños y jóvenes que redunda en muchos de los casos en personas de éxito.
Ya no es aquel tiempo en que sólo o se estudiaba o jugabas, más bien con el correr del padre cronos se brindan más alternativas para que surta efecto y la preparación sea constante en ambos rubros. A final de cuentas recordemos que el deporte es vida y salud y concatenados nos hacen ser mejores.
Quiero dedicarles este espacio a todos los alumnos de los distintos niveles educativos, a los docentes, a los deportistas, entrenadores y sobre todas las cosas a los padres de familia, quienes con su empeño y deseos de superación buscan afanosamente la excelencia. Sé que la tarea no ha sido fácil y cada día, tal vez, las complicaciones están a la orden del día, empero, la constancia, tenacidad, entrega, amor y pasión con la que cada quien realiza sus funciones rendirá frutos a la brevedad.
Los invito a no claudicar, a dejarse guiar y a seguir aprendiendo para trascender y tener un mejor entorno. Quienes tienen la capacidad de contar con alguien a lado para alcanzar una realidad es como si tuvieran a un maestro para toda la vida, pero también al guía que se necesita para evolucionar en todos los aspectos.
Si tú eres uno de ellos, siéntete privilegiado y alcanza, poco a poco, paso a paso, la inmensa oportunidad que la vida presente. Así como aquel niño flacucho y con canillitas y quien creció con infinidad de sueños y que seguro estoy, abriste tu propio baúl de los recuerdos, ahora te toca transmitirlos, enseñar, conducir y aplicar para que quienes nos siguen tengan las bases necesarias de una superación permanente. Te abrazo especialmente!!! No claudiques! El aquí y ahora es nuestro!
Pásenla bien!!!