EL VALLE DEPORTIVO

“Todo síntoma expresa una falta, es decir, indica que algo falta para alcanzar la totalidad” Rüdiger Dalhke.

Sabes muy bien que he sido y seré un creyente seguidor y defensor del deporte mexicano, que voy contra los mercenarios que se sirven de él, que detesto la burocracia en la que caen las administraciones deportivas porque se amparan bajo el escudo de lo que según dicen, está estipulado, de que la Ley, de que los estatutos, esas condiciones que le hayan para que no sea tan evidente su falta de -principalmente- educación, moral y ética, así como falta de tacto, capacidad, empatía y asertividad, por supuesto carentes de valores y principios que son tan notorios, que los efectos especiales de las películas de los cazafantasmas exhibiendo a un ente extraño les queda tan corto que deberían ser encapsulados y juzgados -ahora sí- conforme a derecho, no a su antojo, no a su proteccionismo y mucho menos a sus sinvergüenzadas.

Una vez, mi amigo Virgilio, que de esto sabe mucho y estuvo durante muchos años inmerso en el mundo deportivo estatal y federal, en donde coincidimos en algún tiempo, me dijo que soñaba mucho, que lamentablemente la realidad a veces supera a la ficción y en efecto, soy soñador por naturaleza, pero ¿quién no lo es?  acá -le dije- es que las supuestas nuevas visiones son tan pero tan retrógradas y llenas de oportunismo y servilismo, que se han olvidado del talento y sólo han apostado por los garbanzos de a libra para colgarse de un resultado positivo. Entonces me hizo la reflexión que mientras siga existiendo el caso de empleadillos que utilizan el servicio al gusto y rinden pleitesía al poder de quien los coloca, solamente ocurrirá el deterioro continúo del deporte y sus deportistas así como lo que acompaña al mismo, ocasionando conflicto de intereses, pleitos de lavaderos, peculado, nepotismo, experimentando con nóveles que, sin experiencia, calidad, conocimiento y otras, aprovechan su “oportunidad” únicamente para mover de lugar el escritorio, los cuadros y/o fotografías de la oficina y rodearse -dicen- de gente experimentada.

Así pues con esta charla que sostuvimos, hoy viene a colación por lo que sucede. A ver, no soy amarillista, ni ave de mal agüero, ni malinchista, ni brujo, ni prestidigitador, ni sé leer el futuro ni mucho menos, más bien trabajo desde el otro lado de la trinchera, de la verdad, de la que duele y es incómoda, pero que levanta, propone y construye, así que hoy en día, como lo he venido insistiendo tanta acá en El Valle, como en MXQ DEPORTES, y otros espacios donde tengo la oportunidad de trabajar, así como en los conversatorios y conferencias que he dictado, hasta en las charlas de pasillo y café, la clave es el desapego, es moverse del sitio oscuro a donde hay brillo, es dejar la procrastinación y apostar por la creación e innovación sólida de estructuras bien definidas en grupos altamente capacitados y calificados, no importando si tienen una medalla en sus vitrinas -que no demerito eh- ni que sean súbditos al servicio del enriquecimiento. He dicho que lo mejor está por venir, cada día es un motivo suficiente para seguir soñando en la creación del modelo deportivo mexicano de alto impacto, que se defina, si bien es cierto no como potencia, sí como el oponente a vencer en todas las aristas deportivas; al que hay que derrotar porque aporta una cantidad exacta de deportistas que han tenido respaldo, apoyo, trabajo, consolidación, acompañamiento; al que le brinda el trabajo necesario a su gente, a los entrenadores, preparadores físicos, educadores físicos, cultores físicos, grupos multidisciplinarios, metodológicos, etc.; al que convoca a unir esfuerzo y talento, con capacidad probada, capaz de reunir experiencia y juventud, esa que mañana mismo de CONTINUIDAD, INNOVACIÓN y, sobre todo, CONSOLIDACIÓN.

En la página oficial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía -INEGI- en México somos más de 131 millones de habitantes, de los cuáles poco más de 31.2 millones son adolescentes y jóvenes en el rango de edades de los 15 a 29 años y, de ellos, un poquito más de 10.8 millones son adolescentes, es decir, entre los 15 a 19 años. Investigué el dato porque esto es lo que debe ocuparnos y apostar por los cambios naturales, me explico, mientras todo lo descrito siga sucediendo -tal como hasta hoy- el deporte mexicano no levantará y en cambio se verá la mejor versión si le damos prioridad de atención, seguimiento y acompañamiento, así como preparación perenne a quiénes nos habrán de suceder, y esto ya sé que no es novedad, pero hay muchos que se empeñan en no soltar y apegarse tanto a sus temas, que no ven ni sus limitaciones ni sus condiciones, pero bueno, todo tiene su tiempo, absolutamente todo, como decía mi abuelita: “a cada comal le llega su tortillita…

Pásenla bien!!!