SIN TON NI SON
- Francisco Javier Escamilla
- 9 marzo, 2023
- Columnas
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Por: Francisco Javier Escamilla Hernández
A propósito del Día Internacional de la Mujer, esta vez me voy a referir a la pensadora, escritora y filósofa Simone de Beauvoir, cuya vida y obra transcurrió durante el siglo XX. En sus obras abordó el tema de la experiencia de la libertad y los obstáculos para acceder a ella. Esta filósofa se convirtió en activista y luchó por la igualdad de las mujeres, pero no fue por simple ocurrencia, sino que lo hizo por su propia experiencia, además de haber sido una filósofa existencialista en la que se plantea a sí misma la relación del individuo con los Otros.
Es de tomarse en consideración que esta filósofa pasó gran parte de su vida (más de 60 años) al lado de Jean Paul Sartre. Compartió con él el desarrollo de la filosofía existencialista así como viajes por Europa, América y Asia; y lo que señalo como para tomarse en consideración es que todos nosotros conocemos o, por lo menos, hemos oído hablar de Jean Paul Sartre, de hecho, en la preparatoria nos enseñaron que es uno de los filósofos considerados como clásicos, sin embargo nunca nos mencionaron a Simone de Beauvoir. ¿Será esto debido a que esta gran filósofa es mujer?
La obra filosófica más conocida de esta pensadora es “El Segundo Sexo”, en este libro aborda la situación de las mujeres a lo largo de la historia y cómo se ha concebido a la mujer, qué situaciones viven las mujeres y cómo se puede intentar que mejoren sus vidas y se amplíen sus libertades, señala “Me había puesto a mirar a las mujeres con ojos nuevos, e iba de sorpresa en sorpresa…Es extraño y estimulante descubrir bruscamente a los cuarenta años un aspecto del mundo que hiere la vista y que una no veía” Para escribir esta obra se avoca a estudiar qué dice la biología, qué dice la historia, qué dice la psicología, en general, qué dice la literatura acerca de las mujeres, qué es ser mujer.
En este libro Beauvoir analiza el por qué las mujeres son consideradas como seres que no tienen mucho valor y que su destino está forjado en gran medida sencillamente por su naturaleza biológica, y ante la sociedad quedan limitadas en sus proyectos de vida. “Escribí este libro porque me irritaban la gran cantidad de tonterías que se decían acerca de nosotras”. En este libro denuncia, en 1949, con una buena dosis de coraje la desigualdad (que se veía como natural) de las mujeres y durante el desarrollo del texto enfrenta, de una manera que no se había concebido hasta entonces, al sistema patriarcal que imponía a las mujeres una sexualidad sometida a lo que el varón imponía, y una vivencia de sus propios cuerpos que se encontraba sumamente lejos de la autonomía y la libertad.
Cuando se publicó este libro por primera vez, estalló un gran escándalo que condenaba al libro en sí, pero también hubo una gran avalancha de descalificaciones sobre Simone de Beauvoir, ella misma escribió “Insatisfecha, frígida, priápica, ninfómana, lesbiana, abortista, fui todo, hasta madre clandestina. Me dejaron perpleja la violencia de esas reacciones y su bajeza”.
También escribió “Por lo menos, he ayudado a mis contemporáneas a tomar conciencia de sí mismas y de su situación. Muchas de ellas han desaprobado mi libro; las confundí, las refuté, las exasperé o las espanté”. Como se aprecia claramente, tratar de romper algo establecido, o modificar el curso de situaciones conocidas y a las que nos hemos acostumbrado, resulta traumático y hasta los mismos actores que están padeciendo situaciones de opresión se niegan a emprender un cambio.
Celebro que las mujeres estén presentando batalla y cambiando el paradigma de que la mujer es “el segundo sexo”.
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