SIN TON NI SON

Por: Francisco Javier Escamilla Hernández

Después de haber platicado acerca de los problemas de abundancia y escasez, sólo queda abordar el tema del Tercer problema que nos presenta el agua: la calidad.

El agua para cualquier uso debe tener una calidad adecuada y, como ya se ha expuesto, el agua limpia que utilizamos para toda actividad productiva y para el uso doméstico resulta que ya no nos alcanza, debido a la gran cantidad de habitantes que existe en el mundo, en nuestro país, en nuestro estado y en nuestra región.

Cada que vamos al baño, le jalamos a la cadena y sale agua que limpia los desechos que dejamos, ya sea orina o materia fecal. También es cierto que vamos al baño de 4 a cinco veces al día, cada miembro de la familia, así que si somos 4 en una casa realizamos descarga de agua que ya ensuciamos 20 veces al día y esa agua se va por las tuberías de drenaje, pero con una calidad deteriorada. En una ciudad de un millón de habitantes descargaríamos 20 millones de veces al día, agua contaminada. De esta manera, el agua que va por las redes de drenaje ¿a dónde va a dar? Generalmente estas redes de drenaje descargan en un arroyo o en un río. El río que traía agua limpia producto de la lluvia, debido a estas descargas se contamina. También otras actividades, como la industria producen contaminación, de muchos tipos, como productos químicos, grasas, aceites; pero los hoteles y restaurantes también desechan grasas, aceites, detergentes producto del lavado de blancos. Las zonas agrícolas utilizan fertilizantes, que son sustancias químicas, y generan sobrantes que retornan a los drenes agrícolas y eventualmente se infiltran al subsuelo contaminando los mantos acuíferos.

Como se aprecia, toda actividad humana produce contaminación del agua. El agua en los ríos tiene cierta capacidad de auto-purificación, pero cuando la carga contaminante es demasiado grande el proceso natural de limpieza no es suficiente y, entonces, el río ya está contaminado, evitando que esa agua pueda ser utilizada por otros seres humanos que se ubican aguas abajo, en ciertas actividades productivas.

Para limpiar el agua se han desarrollado numerosos métodos que se conocen como Plantas de Tratamiento, pero resulta que para tratar el agua contaminada se requieren grandes inversiones, para llevar el agua sucia a las plantas de tratamiento y también inversión para regresarla a los lugares donde pueda ser reutilizada. Es mucho más caro tratar mil litros de agua contaminada que obtener mil litros de agua limpia de fuentes disponibles. ¿Cuánto más caro? Pues, de 2 a 10 veces más. Pero no sólo es problema construir la planta de tratamiento, sino que mantenerla en operación también resulta muy costoso. En muchas ocasiones el agua que se limpia en una planta de tratamiento no es reaprovechada y se devuelve a un río, generando gastos económicos prácticamente inútiles.

Por todo lo anterior, descrito de una manera sucinta, el problema de calidad del agua es el gran tercer problema que nos presenta el agua.

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