Educación de género: error o acierto
- Julián Chávez Trueba
- 5 junio, 2019
- Columnas
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Qué difícil es colocar la jerarquía correcta de valores que son polémicos y que aparentan la misma importancia. A lo largo de la historia hemos tenido este tipo de controversias por ejemplo, con delimitar el derecho que tiene la mujer a abortar por pensarse que es un derecho originado por ser ella dueña de su cuerpo y su futuro, en contraste con el derecho al niño a vivir. Siempre habrá pros y contras en ambos lados que nos dejarán encorvados como signo de interrogación.
En el caso concreto respecto de la idea que tiene AMLO con su 4T, al impulsar una educación con una idea inclusión de género, resulta un tanto desviada y con poco sentido, y a continuación explicaré el por qué.
Primero: debemos entender el sentido o meta, lo que desea lograr la indicación que se vuelve política pública. En este punto es lógico pensar que lo que se busca es que exista una inclusión feminista y romper los paradigmas de género, con el sentido de que socialmente se integre la idea de igualdad sexual, esperando que en el futuro se rompa con la cadena de violencia y de falta de igualdad de oportunidades de todo aquello que es femenino; situación que lamentablemente de manera histórica ha sido una constante.
Segundo: dicho esto, es importante entender que lo que debe cambiar es la estrategia de comunicación educacional, con ejemplos certeros, con enunciados igualitarios, con ideas no convencionales. Sin duda es un gran avance que el gobierno se preocupe por ello y por eso se aplaude la voluntad de hacerlo, pero no se pueden aplaudir las medidas que se han tomado.
Recordemos que ha quedado claro que por encima de muchos derechos sociales esta aquel de la educación de calidad del infante, en ese sentido se debe procurar un nicho cuidado y alimentado con conceptos básicos. No podemos pedir más que la educación sea ideal para los niños.
Por otra parte la misma UNICEF acuerda que la educación primaria tiene por objeto crear una persona en sociedad y otorgarle conocimientos suficientes para su desarrollo básico en la educación denominada como primaria. En este sentido el permitir que el niño vista de falta nada tiene que ver con su desarrollo en sociedad ni en los conocimientos que necesita. Afortunadamente cada quien nace con una identidad, que es impuesta en parte por la sociedad al otorgarle un espacio en ella, y la otra parte por el propio individuo, sin embargo no puede otorgarse la oportunidad al menor de ocupar herramientas que aún no sabe utilizar, es decir, con esta idea de anunciar que los niños pueden vestir de falda hace que el niño que aún no tiene ni los conocimientos para ingresar a la sociedad, ya se le esté dando la oportunidad de modificarla. Es un error cosificar el género, y al anunciar tal medida se acentúa ese error. Los escoceses usan falda como un motivo de gala y tradición, no como utensilio de género. En México existe un convencionalismo en el que la falda es moda de mujer, que otorga identidad femenina, no masculina.
Tercero: Algunos de los grandes pensadores y creadores de los últimos dos o tres siglos (Einstein, Jobs, Zuckerberg) tienen como constante que cursaron parte de la carrera y optaron por realizar su sueño y romper con el sistema en los últimos años de su formación universitaria. En este sentido necesitaron ciertas bases para poder desafiar a lo establecido. Pero también existieron grandes pensadores que culminaron su estudio dentro de estos paradigmas y lograron otorgar al mundo grandes resultados como Edison o Hawking.
En ese sentido no puede pensarse que la libertad total generará un nuevo paradigma de libertad, porque para saber de la libertad hay que definirla, es decir, encontrarle el fin (de finir) encontrar el límite del concepto y eso solamente se aprende cuando transitamos del primer paradigma al siguiente. Romper de paradigma está en la juventud no en la infancia ni en la pubertad.
Lo que debe visualizar es que la libertad de género no significa que el hombre y la mujer puedan demostrar su sexualidad de la manera en que se les ocurra, sino mediante valores que les indiquen la mejor forma de demostrarlos, en donde dichas demostraciones sean pro sí mismas incluyentes. Una falda en los hombres no es libertad de pensamiento en materia de género, es confusión. Démosles las herramientas enseñando un ideal (ortodoxo o no), y permitamos que cada alumno rompa con ese paradigma una vez que sepa cómo ejercitar su sexualidad y género.