CIJ declara el cambio climático como un “riesgo universal” y exige acción estatal

Ciudad de México.- La Corte Internacional de Justicia (CIJ) declaró este miércoles que el cambio climático representa un “riesgo universal” para la humanidad, provocado inequívocamente por la actividad humana, y afirmó que los Estados tienen la obligación jurídica de actuar con urgencia para prevenir sus efectos.

En una opinión consultiva sin precedentes, el máximo tribunal de la ONU subrayó que los países deben adoptar medidas concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del cambio climático, en cumplimiento de sus responsabilidades internacionales.

 “El derecho internacional impone a los Estados el deber de prevenir daños significativos al medio ambiente actuando con debida diligencia”, sentenció la Corte.

La CIJ hizo especial énfasis en el papel de los Estados incluidos en el Anexo I de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, quienes —por su nivel de desarrollo e impacto ambiental histórico— deben asumir mayores responsabilidades en la lucha climática global.

Asimismo, recordó que bajo el Acuerdo de París, los Estados deben cumplir con sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), actualizar sus compromisos de forma progresiva, y esforzarse por limitar el calentamiento global a 1.5 °C, en línea con el consenso científico internacional.

El fallo también establece que los países están obligados a cooperar de buena fe, compartir tecnología, financiar proyectos de adaptación y garantizar la protección de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente y el sistema climático.

Finalmente, la Corte advirtió que cualquier violación a estas obligaciones constituye un acto internacionalmente ilícito, lo que podría derivar en responsabilidad jurídica, incluyendo medidas de reparación, compensación a los Estados afectados y garantías de no repetición.

Este pronunciamiento, solicitado por un grupo de países insulares vulnerables al cambio climático, representa un paso histórico en la consolidación del derecho internacional ambiental y pone presión legal y moral sobre los gobiernos que han postergado o incumplido sus compromisos.