Hasta cuándo

El pasado miércoles 16 de julio, en la ceremonia de clausura de la generación 2022-2025 de la Escuela Preparatoria “Felipe Carrillo Puerto”, de Pijijiapan, Chiapas, una de las alumnas que egresaba, tomó el micrófono para denunciar casos de acoso y discriminación por parte de maestros, en lo que todos pensaron que sería un discurso de despedida.

A continuación, me permito compartir “casi” de manera íntegra, las palabras pronunciadas por esta estudiante de entre 17 y 18 años. “En esta escuela, desde hace mucho tiempo ha habido maestros prepotentes, maestros groseros que se quejan de los alumnos diciendo que son mediocres. Los discriminan por el lugar de donde vienen. Dicen que no nos interesa estudiar, dicen que no ponemos empreño ni entusiasmo a las cosas. Que no somos para nada el tipo de jóvenes que éramos antes, pero, como maestros, ellos tampoco son los mismos, no tienen vocación.

De la plantilla docente que labora en esta escuela, una gran parte son hombres, y más allá de que sean hombres, son acosadores. Puede ser que no todos sean acosadores, pero defienden a sus cuates a capa y espada. Y el mejor amigo de un acosador, suele ser otro acosador.

El problema no es directamente con cada uno de ustedes, no se sientan atacados. El problema es con la libertad que tienen para hacer comentarios fuera de lugar, para dirigir miradas coquetas, para echarle la culpa a nuestras faldas, para hacer invitaciones inapropiadas, incluso para mantener relaciones románticas o sexuales con niñas menores de edad y alumnas.

Lamento profundamente no haberlo hablado antes. Lamento que no se me diera la oportunidad. Lamento haber esperado que me tocara a mí para levantar la voz. Lamento que los trabajadores de esta institución no hayan tomado cartas en los asuntos. Lamento decírselos hoy.

No voy a detallar ninguna de las cosas que sucedieron, porque no hace falta, basta con que pregunten. Mujeres, alcen la mano si alguna vez se sintieron miradas o acosadas por algún maestro. Si algún maestro les hizo un comentario fuera de lugar. Si les dijo algo que no debía. Si las tocó de una forma que no debía.

Muchas veces el miedo nos frena, incluso, para alzar la mano. Nadie quiere ser señalado, nadie quiere que, a la hora del desayuno, se sienta el desprecio, se sienta que te señalan, que te juzguen. No le deseo esto a nadie. No le deseo esto a las chicas que vienen en segundo y en cuarto. No les deseo que tengan que hacerle frente a un hombre mayor. No deseo que sientan que tienen que echarse encima a toda la escuela.

Si alguna vez un maestro les ha mandado un mensaje que no debía, si les dijo algo que no debía frente a todo el salón “¡hablen!”. No sientan que están solas porque no lo están. Somos la primera generación que tuvo el valor para decir las cosas y que pena que hayan sido 30 años de permitirle esto a los maestros.

Espero, maestros, que tengan la decencia de hacer caso cuando se les pide que hagan algo al respecto. Espero que abran un buzón de quejas o que tengan una psicóloga aquí, que hagan ese esfuerzo. Nosotros nos vamos, pero ustedes se quedan. Y aunque no siempre están aquí por vocación, a veces es por el sueldo, a veces es por la jubilación, creo que deberían tener al menos tacto, educación y respeto con las alumnas de aquí, porque ustedes también tienen hijas”

Después de que el video se hiciera viral, la Secretaría de Educación Estatal informó que el director de la escuela Preparatoria, Ariel Mendoza Palacios, presentó su renuncia al cargo. En un comunicado agregó que su renuncia ocurrió este viernes “como una muestra de imparcialidad ante el proceso que se desahoga, y reiteró su disposición para colaborar con esta autoridad educativa”. Que fácil deslindarse de su responsabilidad, pues, con base en las palabras de la exalumna, el director, —como muchos otros maestros y maestras— tenía conocimiento de lo que estaba sucediendo y no hizo nada.

La dependencia también dio a conocer que “suspendió temporalmente el nombramiento” del profesor José N, detenido el jueves pasado por policías estatales, y quien presuntamente es uno de los principales señalados por la alumna.

Quiero que piensen en esto, maestros de más de 35 años, acosando y queriendo mantener relaciones sentimentales y sexuales con estudiantes de secundaria y preparatoria. Con menores de edad. No podemos seguir permitiendo esto, debe haber sanciones, las autoridades educativas deben dejar de voltear hacia otro lado con estos casos que únicamente cuando se vuelven virales o mediáticos es cuando se atienden. Por esta estudiante, por las que vienen detrás, y por las que nunca se atrevieron a hablar, ni una más.