
Gentrificación y Desplazamiento
- Elva María Maya Marquez
- 8 julio, 2025
- Columnas
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Al grito de: ¡Fuera gringos!, “Aquí se habla español”, “No a la voracidad inmobiliaria”, “Gentrificación no es progreso, es despojo”, el pasado viernes 4 de julio, se llevó a cabo la primera marcha en contra de la gentrificación en la Ciudad de México. Vecinos de las colonias; Juárez, Roma, Condesa, Hipódromo, Doctores, entre otras, encabezaron la movilización en el Parque México de la Alcaldía Cuauhtémoc, esto, en reclamo por la presencia de extranjeros, a quienes acusan de encarecer los servicios, es decir, de motivar el aumento en los precios.
Los manifestantes señalaron que la presencia de extranjeros ha provocado un incremento sostenido en las rentas, haciendo que el costo de vida sea impagable para gran sector de la población que, aunque trabaja en esas zonas, le resulta imposible poder conseguir un departamento a precio asequible.
Pero ¿Qué es la gentrificación? El término gentrificación fue utilizado inicialmente por la socióloga Ruth Glass en 1964 para denominar el proceso de reapropiación del centro urbano de Londres por parte de las clases medias y medio-altas, ocasionando la expulsión y desplazamiento hacia la periferia de las clases obreras que habitaban los barrios centrales (Rincón, 2018).
La gentrificación es un proceso de reorganización territorial que surge como resultado de acuerdos económicos y políticos específicos. Provoca procesos de acumulación mediante el despojo, el desplazamiento y la expulsión de hogares de menores ingresos en determinada zona.
Lo anterior, se traduce en una de las caras más visibles de la organización por clase social en las ciudades, ya que aquellos con mayores ingresos, comienzan a ocupar lugares con mejores servicios. En contraste, aquellos que son desplazados, habitan en zonas carentes de servicios básicos como agua, drenaje y transporte.
Cabe señalar que una vez que el proceso de gentrificación comienza, continúa rápidamente hasta que todos o la mayoría de los inquilinos originales son desalojados, y el carácter social de la colonia o el barrio se trastoca totalmente. Entre las modificaciones en un barrio gentrificado destacan la remodelación de viviendas, la creación de edificios y la llegada de nuevos comercios, entre ellos, algunos transnacionales.
Frente a algunas posturas que niegan el desplazamiento como un elemento íntimamente ligado a los procesos de gentrificación, el investigador Vicente Moctezuma (2016), argumenta que, no se puede dejar de ver como una de sus consecuencias, pues el desplazamiento ocurre a través de mecanismos directos (desalojos forzados) e indirectos (el incremento en el costo de vida), por lo que es necesario cuestionar las transformaciones socioespaciales que se han dado bajo estas condiciones.
Ahora bien, una vez que se ha definido que es la gentrificación y algunas de sus consecuencias, se debe tener claro que el problema no es la llegada de extranjeros al país. La gentrificación está presente en todo el mundo y esto, se debe a un elemento fundamental, el económico, pues, aquellos que tienen el suficiente dinero, pueden hacerse dueños de lotes abandonados y de terrenos con problemas legales a costos muy bajos, incluso, comprar barrios completos donde la dinámica era meramente local, pero terminan convirtiendo en zonas residenciales, plazas comerciales o lugares de “esparcimiento” a los que unos cuantos lograrán acceder. Esto, en contubernio con diferentes autoridades.
El hecho de ver a las ciudades como centros de inversión y no espacios para vivir, pasando por alto que la vivienda es un derecho (Art. 4°contitucional) y no un negocio, es lo que ha generado el desplazamiento de personas que, aun cuando toda la vida habían vivido en un mismo lugar, de pronto se dan cuenta que el espacio se transformó, el precio en bienes y servicios creció de manera desproporcionada, los comercios locales comenzaron a cerrar, los vecinos de toda la vida, ya no están, y las calles dejaron de ser de todos, pues los negocios colocan parte de su mobiliario en la “vía pública”, sin que ninguna autoridad les diga nada, al punto de apoderarse hasta de los parquímetros. Lo anterior, ha ocasionado que solo un sector minoritario, entre ellos, personas extranjeras, puedan habitar esos espacios.
De manera romántica, se busca definir a la gentrificación como la renovación y rehabilitación de espacios que permitan que una zona crezca, se desarrolle y mejore su apariencia, el problema es que omiten mencionar que “el desarrollo” será a costa de lo que sea y los beneficios serán para unos cuantos.
Lo que sucedió el pasado viernes en la Ciudad de México debe ser analizado con mayor detenimiento por parte de la sociedad y también del gobierno. El tema va más allá de buenos y malos. La gentrificación lleva años desarrollándose y lamentablemente se decidió apoyar a la clase empresarial en detrimento de la ciudadanía. El problema ha cobrado visibilidad y es momento de actuar. El enriquecimiento de unos no debe significar el desplazamiento de otros.