
Mario Delgado y los niños obesos
- Elva María Maya Marquez
- 22 abril, 2025
- Columnas
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Una de las más grandes decepciones en cuanto a la integración del gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum, fue el nombramiento de Mario Delgado Carrillo como Secretario de Educación Pública. Esto, por el rezago histórico que tiene el país en la materia, y que con un perfil más político y acomodaticio que académico como el de este personaje, el cambio que necesita el sistema educativo no solo se ve lejano, sino imposible.
Las contradicciones en su carrera política en torno al tema educativo han sido evidentes. En 2012 aprobó la reforma de Peña Nieto, la cual, transfería el problema educativo del país al magisterio. Bajo esta lógica, “eliminando a los malos maestros” se lograría una educación “moderna” y de “calidad”, así de fácil.
En 2018, con la llegada de López Obrador a la presidencia, la reforma que tanto defendió y aprobó Delgado Carrillo, ahora la rechazaba con la siguiente declaración: “ni una coma quedará de la reforma educativa” (refiriéndose a la reforma de 2012) ¿Y la congruencia Mario Delgado? Hasta ese momento algo dejó claro: hombre de posturas endebles y dudosas convicciones.
El pasado 25 de febrero, en el patio central de la Secretaría de Educación Pública, la Presidenta de México inauguró la estrategia nacional “Vive saludable, vive feliz”, a través de la cual dio a conocer que se atenderá la salud de 12 millones de niños y niñas que estudian en 90 mil 832 primarias públicas del país y con la que se impulsará la cultura de la prevención, fomentando la alimentación saludable, la actividad física y la detección oportuna de enfermedades visuales y bucales.
Por su parte, el Secretario de Educación, Mario Delgado, informó que a partir del 12 de marzo, iniciaría un censo en todas las escuelas primarias donde se recolectarán datos de las y los niños, a través de lo que denominaron cuatro estaciones: la primera, para medir peso, talla y detectar desbalance nutricional; la segunda, para hacer pruebas de salud visual; la tercera, para atender la salud bucal; y una cuarta para realizar una plática de promoción de la salud a cargo de la Secretaría de Salud.
Destacó la importancia de realizar estas pruebas de prevención, ya que, en las últimas dos décadas, la obesidad infantil aumentó 20% y la desnutrición en 3%. En cuanto a la miopía, señaló: el 75% de los padecimientos no se perciben y solo el 36% de las y los niños con problemas visuales tienen acceso a lentes; además de que el 76% de niñas y niños de 6 a 12 años tiene caries, y el 40% no ha recibido tratamiento odontológico en toda su vida.
Por último, dentro de esta estrategia se mencionó que, a partir del 29 de marzo, entraría en vigor la prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas que incluye refrescos y bebidas azucaradas, medida que ha generado gran revuelo social.
Como se mencionó anteriormente, Mario Delgado es un hombre de contradicciones, y en medio de las resistencias generadas para sacar la comida chatarra de las escuelas, al señor se le ocurrió reunirse el pasado 9 de abril con los principales productores de comida chatarra que están agrupadas en el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), para sumarlos a la estrategia, “Vive saludable, vive feliz”. Entre las marcas que pertenecen a este consejo se encuentra FEMSA, es decir, Coca-Cola, OXXO, Jugos del Valle, etc. PepsiCo, que cuenta con marcas como Sabritas, Gamesa y Gatorade. Unilever, que aglutina a Hellmann´s, Holanda, Knorr, Maizena, Magnum, entre otras. Mars Inc., fabricantes de Milky Way y Snickers. Sigma que es FUD, San Rafael, Viva y más. Nestlé, Barcel, Bimbo, Campbells, La Costeña, Ferrero, Danone, Herdez, Jumex, Hershey, Kellog´s, Phillip Morris que vende cigarros (como Marlboro) y los ya prohibidos vapeadores.
Dejar que la industria de la chatarra se autoexima de su responsabilidad al “compartir información derivada de investigaciones científicas sobre alimentación y salud” como dio a conocer el Secretario de Educación, es un absurdo, y lo menciono porque estas empresas se han dedicado a pagar investigaciones para incrementar sus ventas al señalar que sus productos no causan ningún daño, por el contrario, hasta beneficios inventan.
Otra manera de “apoyar” la estrategia de acuerdo con el Secretario, es, con la donación de básculas, que no se entiende que tipo de básculas son, o por qué no las puede comprar el gobierno. Los problemas de salud que desencadena el sobrepeso y la obesidad no son un invento, y si no se hace algo, no se hará nada. Pero al paso que vamos, Mario Delgado y los niños obesos.