
SANAR HERIDAS DURANTE LA CUARESMA 26
- Daniel Valdez García
- 30 marzo, 2025
- Columnas
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Domingo IV de Cuaresma: Domingo Laetare
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, Hoy celebramos el cuarto domingo de Cuaresma, conocido como el *Domingo Laetare*. En este día especial, uno de los dos únicos en el año litúrgico donde se puede usar el color rosa (el otro es el tercer domingo de Adviento, el Domingo Gaudete), se simboliza una alegría atenuada y un respiro en el tiempo penitencial de la Cuaresma. A pesar de ser un tiempo de reflexión, penitencia y conversión, este domingo introduce una nota de esperanza y gozo con la cercanía de la Pascua, inspirado por la antífona de entrada: “Alégrate, Jerusalén…” (Isaías 66,10).
La liturgia refleja este tono más alegre con música especial, flores en el altar y el uso del color rosa. Las lecturas también celebran el regreso de los que estaban perdidos. Este año, inspirados por la obra “El retorno del hijo pródigo” de Rembrandt, destacamos el perdón inclusivo y absoluto de Dios hacia todos. El libro de Josué nos narra la celebración de la Pascua en la tierra prometida, mientras que la Segunda Carta a los Corintios subraya que la reconciliación con el Padre se logró a través de Jesucristo. En el mensaje de hoy, recordamos que el nombre de Dios es compasión, y su amor es personal e incondicional.
Las lecturas de este día son un marco de fiesta en el corazón de Dios por todos aquellos que estabamos perdidos, y hemos regresado; estabamos muertos, y hemos vuelto a la vida. Por eso este año hemos puesto como marco de la cuaresma la pintura “El retorno del hijo pródigo” del holandés Rembrandt, porque el perdón de Dios es inclusivo, absoluto, abarca a todos, sin hacer distinciones. Sería más correcto renombrar la parábola como el hijo perdido y encontrado o el padre misericordioso, pues el Padre, Dios, que no sólo no acusa al hijo ingrato de su fracaso, sino que lo acoge con un gran banquete. Hoy podemos decir con toda claridad que el nombre de Dios es compasión, el Antiguo Testamento tiene 72 palabras para llamar a Dios: El, Eli, El Elion, El ori, El olam, Elohim, Eloheit sur, Adonai, Shebaot, Yhwh, Rajamín, , El shaday, Rohi, etc.
Y en el Nuevo Testamento Dios es Abba- Padre, pero sonre todo es Amor misericoricordioso e infinito. Además del perdón, la parábola del hijo pródigo nos exhorta a no juzgar al prójimo, recordándonos que todos, en la perspectiva de Dios, tenemos el mismo valor. Su amor envuelve y consuela especialmente a aquellos que se han equivocado y luego regresado a casa. Y en eso quiero dejar el énfasis de hoy: Muy a menudo nos vemos llevados a pronunciar sentencias, a veces despiadadas, contra aquellos a quienes consideramos incorrectos, pecadores, sólo porque piensan y actúan de manera diferente a nosotros.
Como si tuviéramos la exclusividad en todo lo que es correcto y legítimo. Sin embargo, la parábola de hoy, nos enseña que a los ojos de Dios Padre todos tenemos los mismos derechos, el mismo valor y que, en verdad, su amor envolverá y consolará de manera particular a los que se han equivocado, a los que se han perdido y luego han regresado a casa. Lo cual digo, no solamente para quienes somos hermanos en la fe, también para nuestros “hermanos de vida”, pues Dios nos busca a todos, sin excepción, ni exclusividad, ni exclusión.El próximo domingo, todas las imágenes estarán cubiertas como un acto de duelo y humildad, con el objetivo de enfocarnos en la Palabra de Dios y en Su amor misericordioso. Amén, Señor Jesús.