EMERGENCIAS Y URGENCIAS 57 

3 de marzo de 2025 

Sacerdote Daniel Valdez García 

Queridos hermanos y hermanas,
 
Comenzamos con un pasaje del Evangelio según San Marcos (10,17-27): “En aquel tiempo, mientras Jesús salía al camino, se le acercó corriendo un hombre, quien se arrodilló y le preguntó: ‘Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?’ Jesús le respondió: ‘¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo Dios. Sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no defraudarás; honra a tu padre y a tu madre’. El hombre replicó: ‘Maestro, he cumplido todo esto desde mi juventud’. Jesús lo miró con amor y le dijo: ‘Te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres. Así tendrás un tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme’. Al oír esto, el hombre se marchó triste porque tenía muchas riquezas. Jesús comentó a sus discípulos: ‘¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!’ Ellos se sorprendieron de sus palabras, pero Jesús insistió: ‘Hijos, ¡qué difícil es entrar al reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de Dios’. Los discípulos, asombrados, dijeron: ‘¿Entonces, quién puede salvarse?’ Jesús los miró y contestó: ‘Es imposible para los hombres, pero no para Dios; para Dios todo es posible'”.
 
Este Evangelio nos enseña sobre la importancia de compartir con el prójimo y nos recuerda que la vida eterna no se gana solo por méritos. El hombre rico se preocupa sobre su destino tras la muerte, pero no comprende que sin esta vida y este presente, no hay salvación. Un sacerdote mayor decía: “Por mucho que intentemos aferrarnos a la vida, no podemos alargarla ni un minuto más”. Por eso, debemos vivir cada momento plenamente.
 
Recientemente pregunté si los ancianos también hacen berrinches, y la respuesta fue afirmativa. Es común que se enojen fácilmente, lo que se conoce como “Trastorno Explosivo Intermitente”, que implica arrebatos impulsivos y agresivos. Estas conductas exageradas pueden aparecer en violencia vial o maltrato intrafamiliar. Aunque estos episodios pueden durar años, se atenúan con la edad. El tratamiento incluye psicoterapia y medicación para controlar impulsos. Las causas incluyen condiciones de vida, comportamientos aprendidos, genética o diferencias cerebrales.
 
Ante los cambios, los adultos mayores pueden sentirse impotentes, lo que influye en su comportamiento desafiante. La prevención es difícil sin el apoyo de un profesional de salud mental. La paciencia, el amor y el cuidado fortalecen su calidad de vida, mientras se preparan para su encuentro con Dios, pues sienten que su tiempo se agota y buscan controlar lo poco que pueden.
 
Mañana concluiré esta reflexión sobre “Emergencias y Urgencias”. Iniciaremos la Cuaresma, un tiempo para sanar heridas, para que Dios nos encuentre sanos y santos, listos para enfrentar un mundo enfermo y pagano. Hablaré de cómo las enfermedades pueden crear hábitos perjudiciales.
 
Amén, en la Santísima Trinidad.