EMERGENCIAS Y URGENCIAS 47

21 de febrero de 2025

Sacerdote Daniel Valdez García    

Queridos hermanos y hermanas,

Nos encontramos en la reflexión número 47 de la serie “Emergencias y Urgencias”, enfocándonos hoy en el tema del “dolor”. Este concepto es tan importante que hablamos incluso del “dolor fantasma”.

Partiendo del evangelio según san Marcos 8, 34–9, 1, Jesús nos enseña que quien desee seguirlo debe renunciar a sí mismo y cargar su cruz. Solo quien entregue su vida por Él y por el Evangelio la salvará. Este camino, que implica renuncia y sacrificio, es el que nos enseña Jesús a través de su ejemplo de vida.

Cuando sufrimos una lesión, los receptores del dolor en el cuerpo liberan neurotransmisores que envían mensajes al cerebro indicando que algo anda mal. El dolor es una respuesta natural del sistema nervioso ante una herida, enfermedad o afección nerviosa.

La mayor parte del dolor proviene del daño a los tejidos, o daño tisular. Las partes del cuerpo más sensibles al dolor son los extremos de los dedos, la zona lumbar, la espalda, la córnea y el músculo esternocleidomastoideo.

Identificamos tres tipos generales de dolor: agudo, crónico y episódico. Las etapas de la nocicepción en la producción del dolor incluyen transducción, conducción, modulación y percepción. El dolor agudo suele desaparecer con la curación de la lesión, mientras que el dolor fantasma es una percepción dolorosa en una extremidad amputada. Este tipo de dolor es complejo y puede requerir medicamentos y terapias no invasivas, incluso anestésicos( reservando la cirugía como última opción.

Pero que a nadie se le olvide el sentido salvífico del dolor, Jesús cargó sobre sl con nuestros sufrimientos (cf. Is 53, 4-5). Nosotros completamos con nuestros sufrimientos lo que puedo faltar a la pasión de Cristo (Col 1, 24).

Amén, amén, Santísima Trinidad.