EMERGENCIAS Y URGENCIAS 40

14 de febrero de 2025

Sacerdote Daniel Valdez García

Queridos hermanos y hermanas,

En este especial Día del Amor y la Amistad, les envío un cálido abrazo y muchas bendiciones a todos ustedes. Que el amor y la fraternidad llenen siempre sus corazones.

Imaginemos aquella escena llena de esperanza, Del pasaje del evangelio según san Marcos 7, 31-37: Jesús, el Salvador, caminaba por las tierras de Tiro y Sidón hasta llegar al mar de Galilea. Allí, un hombre, sordo y tartamudo, buscaba ayuda. Jesús, movido por una compasión infinita, lo apartó de la multitud. Con un gesto profundo, tocó sus oídos y su lengua, mientras pronunciaba: “¡Effetá!” – “¡Ábrete!”. En ese instante, sus oídos se abrieron, su lengua se soltó, y el hombre comenzó a hablar con claridad. Todos estaban maravillados y exclamaban: “¡Todo lo hace bien! ¡Hace oír a los sordos y hablar a los mudos!”.

El término “¡Effetá!” significa ‘ábrete’ en arameo. Jesús está cumpliendo profecías del Antiguo Testamento al traer sanidad y restauración, simbolizando la llegada de tiempos mesiánicos donde se devuelve la audición a los sordos y la vista a los ciegos.
Es una invitación de Jesús para que el hombre se abra a la salvación y se reintegre maravillosamente a su comunidad. De forma inusual, Jesús realiza una serie de ceremonias simbólicas que anticipan la liturgia bautismal primitiva.

Oír y hablar efectivamente son aspectos esenciales de una vida saludable. Debemos fomentar y cuidar estas habilidades, sobre todo en nuestro entorno familiar y social. Aunque no se conoce la identidad del hombre en el pasaje, se deduce que era un pagano de Decápolis, y su curación nos enseña sobre la importancia de abrir nuestros sentidos a las necesidades de los demás.

Hoy en día, más del 5% (430 millones de personas) de la población mundial sufre de pérdida auditiva discapacitante. Se han desarrollado estrategias de prevención y tratamiento que incluyen vacunación, prácticas de salud materna, asesoramiento genético, detección y tratamiento de enfermedades auditivas, programas de protección auditiva, y el uso razonado de medicamentos ototóxicos. Se estima que para 2050 esa cifra podría superar los 700 millones (una de cada diez personas). Muchas de las causas que conducen a una pérdida de la audición pueden evitarse mediante estrategias de salud pública e intervenciones clínicas que se realicen a lo largo del curso de la vida.

La tartamudez, también se le llama disfluencia o falta de fluidez en el habla, es un trastorno que interrumpe el flujo normal del habla. Aunque muchos niños tartamudean durante el aprendizaje del habla, en algunos casos persiste hasta la adultez. Es importante buscar consejo médico o logopeda.

Recientemente, algunas diócesis han promovido la Pastoral para personas con dificultades de oir y hablar En este sentido, celebramos los esfuerzos de la Iglesia para ser más inclusiva a través de la Pastoral para personas con dificultades de oír y hablar. Este es un paso significativo hacia una comunidad más amorosa y comprensiva. Seamos, como Jesús, una Iglesia que se acerca, que tiende puentes y que abre su corazón a todos. La Palabra de Dios también entra por los ojos.

Que este mensaje de amor y empatía nos acompañe siempre.

Amén, amén, Santísima Trinidad.