EMERGENCIAS Y URGENCIAS 37

11 de febrero de 2025

Sacerdote Daniel Valdez García

Queridos hermanos y hermanas,

En el contexto de la celebración de Nuestra Señora de Lourdes y la Jornada Mundial, abordamos el pasaje del Evangelio según San Marcos 7, 1-13. Aquí, Jesús es cuestionado por los fariseos y escribas sobre las prácticas de sus discípulos, destacando un conflicto entre las tradiciones humanas y los mandamientos divinos. Jesús enfatiza la importancia de una fe auténtica y critica las normas que priorizan las apariencias sobre la verdadera devoción espiritual.

El Papa Francisco, en su mensaje titulado «La esperanza no defrauda» (Rm 5,5), nos invita durante este Año Jubilar 2025 a encontrar fortaleza en medio de las dificultades, considerándonos “peregrinos de esperanza”. Este mensaje es especialmente relevante para las personas enfermas y sus cuidadores, alentándonos a ver la enfermedad como una oportunidad transformadora.

Yo estoy convencido de que la medicina debería estar especializada en la salud y no en la enfermedad. Cada vez hay más especialistas en enfermedades e incluso partes del cuerpo, como el caso de los párpados, rótula, etc.

Históricamente, en nuestra cultura, el cuidado de los padres recaía en un solo hijo o hija que permanecía en casa. Sin embargo, esta noción puede resultar injusta y desproporcionada. Todos los hijos comparten la responsabilidad hacia sus padres y deben colaborar en su cuidado, sin que ésta se limite a quien reciba beneficios materiales.

Tengamos en cuenta que el ”Cuidador Primario” es quien asume las necesidades físicas y emocionales de una persona que no puede valerse por sí misma. Este rol, generalmente asumido por un familiar cercano, conlleva riesgos para la salud del cuidador. Es fundamental reconocer el impacto emocional y físico que este rol implica, lo que puede llevar al “síndrome del cuidador”

En países como Estados Unidos, existen roles especializados como los “asistentes sanitarios” que apoyan a estos cuidadores. En México, contamos con profesionales de enfermería y geriatras, aunque también es común que personas asuman estas responsabilidades por voluntad propia, a menudo sin los recursos suficientes.
El pasaje del evangelio también nos invita a reflexionar sobre cómo debemos superar las tradiciones que imponen responsabilidades injustas al cuidado de los padres. Jesús nos enseña que no debemos permitir que las tradiciones humanas sustituyan los mandamientos divinos.

Del análisis del pasaje del Evangelio de hoy resalta una crítica a las tradiciones que imponen cargas innecesarias, como el famoso «corbán», una práctica que favorecía intereses individuales sobre la obediencia a los mandamientos de Dios. Jesús nos recuerda que la profundidad espiritual y la pureza interna son superiores a cualquier tradición exterior.

En resumen, es crucial reconsiderar cómo distribuimos las responsabilidades del cuidado parental. La forma en que tratamos a nuestros padres es observada por las futuras generaciones y se traduce en un legado que definirán cómo seremos tratados en el futuro.

La oración es una gran medicina que no debemos descuidar en la atención de los enfermos. por eso, rezo diariamente por la salud, dignidad y calidad de vida de todos los enfermos y sus cuidadores, con la esperanza de que encuentren alivio y fuerza en su ardua labor.

Amén, en nombre de la Santísima Trinidad.