Marcas socialmente irresponsables 

Una alimentación saludable, comienza con la lactancia materna, ya que esta, contiene todos los nutrientes que un bebé necesita, previenen la desnutrición y la obesidad. De igual manera, proporciona anticuerpos que protege contra enfermedades frecuentes en la infancia y en la vida adulta. 

La Semana Mundial de la Lactancia Materna, se celebra todos los años del 1 al 7 de agosto, es una campaña mundial pensada para crear conciencia y estimular la acción sobre el tema. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia materna es una de las formas más eficaces de garantizar la salud y la supervivencia de los niños. Sin embargo, en contra de las recomendaciones de esta organización, menos de la mitad de los lactantes se alimentan exclusivamente con leche materna.

La OMS, apunta que la leche materna es el alimento ideal para los lactantes. Es segura, limpia y contiene anticuerpos que protegen de muchas enfermedades propias de la infancia. De igual forma, la organización da a conocer que los niños amamantados son menos propensos al sobrepeso o la obesidad y más tarde, a padecer diabetes. Las mujeres que amamantan también presentan un menor riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario.

No obstante, pese a los beneficios que tiene la lactancia materna, en 2022 solo 34% de las niñas y niños menores de 6 meses recibieron lactancia materna de manera exclusiva en nuestro país. Si bien es cierto que ha aumentado en los últimos 12 años, el promedio en México sigue siendo bajo, en comparación con el promedio de Latinoamérica que es de 38% y a nivel mundial de 44 %.

Además, en México, el 43% de los menores de un año consumen fórmulas infantiles y 27% no recibieron lactancia materna exclusiva durante los primeros 3 días de vida ¿Por qué? Porque la leche materna se promueve muy poco en comparación con las fórmulas infantiles, las cuales, cuentan con campañas intensas en TV, radio, redes sociales, parabuses y espectaculares que logran introducirse no solo en la mente de las personas, sino también en los hogares de miles de familias que tienen un bebé en casa.

La Serie The Lancet: Lactancia Materna 2023, ha documentado que la industria de fórmulas infantiles genera ingresos de alrededor de 55 mil millones de dólares anuales, con un gasto de alrededor de 3 mil millones de dólares en actividades de marketing cada año. Estas prácticas corporativas han tenido impacto en el desplazamiento de la lactancia materna por el consumo de fórmulas comerciales infantiles (El Poder del Consumidor y Empower, 2024).

El “Estudio de caso: Nestlé en México y su impacto en las políticas públicas”, presentado hace unos días, menciona que para 2021, 25 compañías poseían 24% de la comercialización de ultraprocesados y bebidas azucaradas a nivel global. Este listado es encabezado por Nestlé, la actual corporación más grande en la industria alimentaria a nivel mundial. 

En México, Nestlé ocupa 51% del mercado de alimentos para bebés con las marcas NAN, Nido y Gerber que la posicionan como la marca con mayor representatividad comercial en el país. Del total de productos comercializados, alrededor de 20% son papillas y cereales infantiles.

Un dato interesante es que desde 1974, la OMS reconoció que las mujeres estaban dejando de amamantar a sus bebés por influencia de prácticas poco éticas en la comercialización de estos sustitutos de la leche materna, pero es hasta 1981 cuando se aprueba el Código de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna. Es pertinente aclarar que un sucedáneo es una sustancia o elemento que puede reemplazar a otro por tener propiedades similares y que puede ser considerado como una imitación. 

Volviendo al tema del código, este refiere un conjunto de recomendaciones dirigidas a regular la comercialización de los sucedáneos de la leche materna y biberones con el objetivo de frenar la venta agresiva e indebida de sustitutos de la leche materna.

El documento prohíbe que Nestlé, Johnson & Johnson y otras marcas que producen alimentos para bebés puedan publicitarse, que den regalos a las mamás cuando van a los hospitales, llámese pañaleras o botes de leche en polvo de cierta marca. De igual manera, prohíbe que estas marcas patrocinen eventos de lactancia materna, pues todo esto induce a la compra de fórmulas lácteas y alimentos que intentan hacer pasar por “saludables” pero que en realidad no lo son. Todo lo anterior sucede, el código simplemente no se ha respetado.

Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria, señala que el uso de estas fórmulas infantiles trae riesgos a la salud por su alto contenido de azúcar. Por su lado, Christian Torres, coordinador de Conflicto de Interés e Interferencia de la Industria en el Poder del Consumidor, destacó la diferencia que hace la empresa Suiza entre los niños de Europa y de México, toda vez que para el primer caso no añaden azúcar a sus productos, en comparación con los de nuestro país. “Vemos cómo Nestlé también trata diferente a los niños de distintos países. Nos tratan como consumidores de segunda o de tercera”.

El Poder del Consumidor recordó que Nestlé, la mayor corporación de fórmulas infantiles, ha sido una de las principales empresas que ha violado el Código de Sucedáneos de la Lecha Materna con su agresiva publicidad dirigida hacia las madres sin importar las consecuencias que puede tener el privar de la leche materna a los infantes.

Pero ¿Cómo es que opera Nestlé? A través de convenios con instituciones públicas; el financiamiento de actividades académicas y de investigación; la implementación de salas de lactancia en hospitales públicos o en instancias gubernamentales federales o estatales; el acercamiento con tomadores de decisiones como secretarios de Salud en México y con cámaras comerciales que cabildean a favor de esta empresa.

Entre diciembre de 2000 y junio de 2023, se identificaron por lo menos 540 contratos y 30 convenios realizados entre subsidiarias de Nestlé y 33 instituciones públicas de salud, educación y centros de investigación a nivel federal y estatal. Entre las principales instituciones se encuentran: INSABI, ISSSTE, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, la UNAM, el Colegio Nacional de Educación Profesional y Técnica, la Secretaría de Desarrollo Económico de Jalisco, y algunas otras instituciones de salud pública federales y a nivel local.

En abril de este 2024, se aprobó la Ley General del derecho a la Alimentación Sostenible y en su capítulo II, incluyó la lactancia materna donde señala que se debe proteger y promover la lactancia materna e implementar adecuadamente el Código Internacional de la Comercialización de los Sucedáneos de la Leche Materna, pero si algo tenemos claro es que la ley no se cumple, por lo que se requiere que las autoridades se comprometan con el tema, pues aunque el código tiene más de 40 años, es inoperante.

Resulta alarmante que existan hospitales y consultorios públicos y privados donde las empresas ofrecen dinero a los médicos para prescribir fórmulas lácteas. Sin embargo, aunque poco se sabe, cualquier persona relacionada con el sector salud que quiera desalentar la lactancia materna y promueva mediante folletos u obsequios alguna fórmula láctea, puede ser denunciado, ya que, de acuerdo con la ley, está atentando contra un derecho humano que es el derecho a la lactancia materna.

Para muchas mujeres amamantar no es sencillo, por lo cual se necesitan de especialistas, de un núcleo familiar y una sociedad que apoye esta práctica. La lactancia materna puede hacer la diferencia en el crecimiento de una persona toda vez que es considerada como la primera vacuna que recibe una persona por todos los beneficios nutricionales que aporta. No permitamos que las grandes empresas mediante un discurso falaz sigan ganando terreno, lo único que les interesa son sus ganancias y actúan en consecuencia, por ello son y seguirán siendo marcas socialmente irresponsables.