Tsunami 2.0

A más de una semana de las elecciones presidenciales que dejaron a los partidos políticos y ciudadanos con una resaca de la que aún no se pueden reponer por diferentes razones, vale la pena realizar algunos apuntes al respecto, ya que si bien en 2018 los 30 millones 483 mil votos recibidos por Andrés Manuel López Obrador (53.19% de la votación total) representaron un triunfo avasallador, nadie imaginó que en 2024 Claudia Sheinbaum Pardo superaría esta cifra al conseguir 35 millones 924 mil 519 votos (59.75% de la votación total). Una diferencia de más de 5 millones de votos.

Más allá del color de partido con el que se simpatice, la derrota es aplastante e irrefutable. Con base en los resultados de los cómputos distritales, la diferencia entre el primer y el segundo lugar, es decir, entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, es de 19 millones 421mil 822 votos, la ventaja para el partido PT, PVEM y Morena fue de 32%. Lo anterior, sigue siendo un triunfo para el movimiento que comenzó López Obrador, pues, aunque esta vez no estuvo de manera tácita en la boleta y sin menospreciar el triunfo de la virtual presidenta, gran cantidad de ciudadanos decidió salir a las urnas a refrendar el voto y la confianza que sienten por López Obrador, la cual se refleja en el 60% de aprobación que le brinda la ciudadanía, esto, de acuerdo con una encuesta realizada por el periódico “El Financiero” el pasado mes de mayo.

La oposición nunca quiso tomar en serio a López Obrador, lo subestimaron, pensaron que jamás llegaría a ser presidente y por ello el triunfo de 2018 y también el de 2024. Con el vergonzoso papel que hizo la coalición “Fuerza y Corazón por México” integrada por el PRI, PAN y PRD, donde este último está en etapa de liquidación, se niegan a reconocer lo desastrosa que ha sido esta unión, es algo así como una relación tóxica en la cual se hacen daño, hasta cierto punto se dan cuenta, pero se aferran a seguir juntos para continuar sumando derrotas.

Los dirigentes de estos partidos viven en la fantasía, desconectados de la realidad y lo peor de todo es que no hay indicios de querer rectificar el camino para sentarse a analizar los motivos de su derrota que los están llevando a su desaparición, pues el PRI, el partido que permaneció más de 70 años en el poder (aunque no con las mejores prácticas), se ha convertido en la cuarta fuerza política del país. Por su parte, Movimiento Ciudadano logró mayor votación que el partido tricolor y así quedarse con el tercer lugar.

En uno más de sus arrebatos, otro, la candidata Xóchitl Gálvez quien salió el domingo 2 de junio minutos después de la 6 de la tarde a decir sin mayores evidencias que ganó y después a reconocer su derrota, reaparece solicitando el famoso “voto” por “voto”. inverosímil que con datos preliminares de casi 20 millones de votos de diferencia que corresponden a más de 30 puntos porcentuales, siguiera en el autoengaño.

La petición fue atendida como debía de ser y se recontaron 68.16% de los paquetes electorales y el resultado no cambió. “Curioso” que en 2006, cuando se habló del fraude electoral que llevó a la silla presidencial a Felipe Calderón, la diferencia entre él y Andrés Manuel López Obrador fue de 0.56% y únicamente se procedió a un recuento del 9% de los paquetes electorales, con una diferencia marginal, todo apuntaría a que el porcentaje de paquetes electorales tendría que haber sido mayor, lo cual no ocurrió, pero la memoria falla y en ocasiones es muy selectiva para recordar ciertos episodios de la historia de nuestro país.

El triunfo de Claudia Sheinbaum se encuentra anclado a lo que construyó Andrés Manuel López Obrador y no necesariamente es algo negativo, pero ello, implica una gran responsabilidad para no decepcionar a los millones de mexicanos que votaron por ella. De igual manera tendrá el reto de mantener la aceptación del partido y consolidarse como presidenta, que la gente le reconozca bajo un sello propio, con una manera particular de hacer política desde una visión femenina pero incluyente.

Los resultados de la elección han dejado muchos inconformes, lo cual puede ser entendible, pero lo que no se puede justificar son los mensajes y videos clasistas y racistas donde adjudican el triunfo de Claudia Sheinbaum a las personas de menores ingresos del país o con menor escolaridad, lo cual, una vez más no tiene sustento y expone los prejuicios de un amplio sector de la población. De acuerdo con una encuesta realizada por el diario “El País” y “El Financiero”, aun cuando las personas con algún apoyo social no hubieran votado por Claudia Sheinbaum, habría obtenido el triunfo.

Entre la población masculina, el 62% votó por Claudia, el 28% por Xóchitl y el 10% por Máynez. En el caso de las mujeres, el 56% emitió su voto por Claudia, el 31% por Xóchitl y el 12% por Máynez. Entre los jóvenes de 18 a 29 años, el 57% votó por Claudia, el 22% por Xóchitl y el 21% por Máynez. Lo que demuestra que el sufragio joven al que apelaba MC, no lo consiguió. De 30 a 44 años, el 60% votaron por Claudia, el 28% por Xóchitl y el 12% por Máynez. De 45 a 59 años, el 58% votó por Claudia, el 36% por Xóchitl y el 6% por Máynez. Entre las personas de más de 60 años, el 62% votó por Claudia, el 36% por Xóchitl y 2% por Máynez.

Por nivel de estudios, 66% de aquellos que cuentan con Educación Básica votaron por Claudia, 25% por Xóchitl y 9% por Máynez. Educación Media Superior, 57% votaron por Claudia, el 28% por Xóchitl y el 14% por Máynez. Educación Superior, 43% votó por Claudia, 44% a Xóchitl y 13% a Máynez. En este sector, Xóchitl Gálvez obtuvo un 1% más en comparación con Claudia Sheinbaum.

Por ingreso, personas que ganan menos de 10 mil pesos, el 65% votó por Claudia, el 24% por Xóchitl y el 11% por Máynez. Entre aquellos que obtienen entre 10 mil y 15 mil pesos, el 59% votó por Claudia, el 25% por Xóchitl y el 15% por Máynez. El 62% de quienes ganan entre 15 mil y 25 mil pesos votaron por Claudia, el 30% por Xóchitl y el 8% por Máynez. El 52% de quienes ganan entre 25 mil y 50 mil pesos votaron por Claudia, el 39% por Xóchitl y el 9% por Máynez. El 50% de las personas con más ingresos en el país, aquellos que ganan de 50 mil pesos en adelante votaron por Claudia, el 44% por Xóchitl y el 6% por Máynez.

En lo que respecta al periódico “El Financiero”, destaca que el 53% de las personas que no se identifican con ningún partido votaron por Claudia, el 29% por Xóchitl y el 18% por Máynez. Entre quienes se identifican con la clase media alta, el 49% votó por Claudia, el 41% por Xóchitl y el 10% por Máynez. Clase media, el 59% votó por Claudia, el 30% por Xóchitl y el 11% por Máynez. Clase media baja, el 61% votó por Claudia, el 28% por Xóchitl y 11% por Máynez. Finalmente, en comparación con la encuesta de “El País”, esta encuesta señala que, por escolaridad, el 48% de las personas que tienen Universidad o mayor nivel de estudios votó por Claudia, el 41% por Xóchitl y el 11% por Máynez. Esto representa un 7% más de personas que habrían votado por Claudia. En general, Claudia Sheinbaum ganó prácticamente en todos los sectores de la sociedad que salieron a votar.

¿Qué sigue? Ver la extinción del PRD, el cascaron del PRI y los intentos del PAN por sobrevivir. Nuestro sistema de partidos está en crisis y no es de ahora, desde 2018 los partidos de oposición quedaron totalmente descolocados, sin proyecto político, sin formación de cuadros y sin lideres que sean capaces de aplicar una reingeniería completa.

La gran enseñanza es para los ciudadanos, o exigimos mayor rendición de cuentas a nuestros gobernantes y estamos más alerta de las decisiones que toman, o seguiremos pagando las consecuencias de una falta de participación e involucramiento político. Es momento de darle vuelta a la página, este tsunami de Morena no puede durar otros 6 años. No vale la pena enemistarse con quien votó por una propuesta diferente a la nuestra, este país es de todos y si queremos que las cosas sean distintas desde nuestro papel de ciudadanos actuemos con mesura y no alentemos más mensajes de odio y confrontación, pues de eso, ya tuvimos suficiente.