EL VALLE DEPORTIVO

El fanatismo es ciego, vuelve a la gente sorda y ciega. El fanatismo no se plantea preguntas, no conoce la duda; sabe…cree que sabe. Elie Wiesel

Entramos en una de las mejores épocas del año, donde la actividad deportiva desparrama auténticamente toda su fuerza en casi la mayoría de las disciplinas, arrojando alternativas para todos los gustos, causando algarabía en muchos y en otros un dejo de tristeza y frustración, que en consecuencia, al día siguiente de ambos escenarios de a poco se va uno adaptando a los resultado y con ello la vida sigue y seguirá, el tema es cómo lo llevamos y hacía dónde lo trasladamos, porque si bien es cierto que podemos sucumbir ante la derrota y desgañitarnos por un resultado, tampoco es para que se detenga el paso del tiempo o se acabe el mundo, sino es la invitación inevitable a reforzar los lazos del entendimiento del aficionado y del fiel seguidor, los cautos que no se dejan manipular por ciertos personajes, no se congregan en las desadaptadas masas bipolares y mucho menos causan destrozos y desmanes en aras, según ellos, de demostrar su “amor” por ciertos colores.

El punto es real y verídico. Mientras haya espectáculo por encima de lo deportivo, está garantizado el sufrimiento del aficionado, así sea el más noble o el menos tolerante, porque en ambos escenarios convergen lucha y creencia, pasión y dolor, deseo y realidad, situaciones que en su momentos todos, absolutamente todos pasamos y que, de alguna manera en el ganar terreno en el recorrido personal, pasamos de ser compradores de humo morado, a realistas consumiendo lo que se tiene, la diferencia estriba en el acceso a la voluntad deportiva, a la educación, valores y sobre todo, a la diferencia que hace y marca la diferencia. Me explico.

No es lo mismo -y jamás lo será- ver una final como la de este domingo, que tuvo todos los tintes posibles y sabidos, creando cualquier imagen soñada y/o destrozada, a la del próximo fin en tierras europeas con otros equipos emblemáticos de alta jerarquía. Ojo! No estoy menospreciando nada, simple y sencillamente el abismo de diferencia es notorio a cada respirar, por un lado, y por el otro, si bien es cierto que es lo que hay acá en México y que es porque estamos de este lado del globo terráqueo y que geográficamente es lo mejor -no es cierto, tampoco- lo mejor del caso es que existe la diversidad de opiniones y genera polémica, pero no la barata de la que muchos merolicos, aplaudidores y porritas de medios se encargan de atiborrar con ganas tal de influir, eso si que no! y mucho menos en este Valle Deportivo, porque si hay una diferencia de -por ejemplo- futbol, es precisamente entre continentes y nos guste o no, el mejor es el europeo.

Pero como siempre he dicho, no todo es ni será el fucho -que tanto adoro- porque gracias a otras experiencias deportivas se abre el panorama y el abanico resopla aún más. En estos instantes estamos en la antesala del mejor basquetbol del orbe, el de la NBA que nos conduce irremediablemente a emociones a cada segundo, seguramente la final de esta temporada simplemente será sensacional. El béisbol de nuestro país como el de las grandes ligas, sigue siendo un eje rector en cualquier parte y en cualquier rincón; a algunos les da fobia siquiera enterarse de la pelota caliente simplemente porque se les hace aburrido, aaaaah pero no sea la lucha por el gallardete que se vuelven especialistas y porristas, y sabes por qué? porque no hay fut o no está su equipo favorito, o sea!!!

Ahora bien, por ningún motivo debemos dejar pasar la enseñanza que deja la justa veraniega por excelencia y que, trae consigo una carretada de disciplinas -incluidas 3 nuevas- que son para todo el mundo, es decir, los JJOO representan esa conjunción de todo: voluntad, pasión, entrega, compromiso, respeto, valores, comunión, congregación, etc., obviamente también enfrenta cada edición a su némesis en la figura del anti olimpismo pero eso a sido y será circunstancial siempre por temas delicados como la política -que ni me importa ni me interesa- la cultura y la religión, temas que desbordan por sí solas exacerbantes ideas y que infortunadamente mezclan con el deporte. Pero vaya ante la llegada de los carismáticos y siempre bien concebidos Juegos, se abre la llama de la esperanza de la paz por medio del deporte y es justamente lo que hoy quiero rescatar y decirles hasta el cansancio.

El deporte que sea y lo que sea que adoremos, es en aras de una construcción y fomento de paz, de relajación, de sano esparcimiento y de alegría, pero parece maldición que hay que pagar facturas ajenas y añejas, cuando una multitud de desadaptados entienden todo al revés o peor aún, a su conveniencia y acomodo, esto debe parar en seco y rescatar necesariamente la misión del deportivismo. Dejar de ser fanático para ser un buen aficionado es un buen principio y debería ser un mandamiento que sea autentificado en cada país, en cada ciudad, en cada sitio donde exista un escenario deportivo y se congregue público, ya ven, no basta el Fan ID y ni buenos resultados da, lo mismo es que se aplique o no porque siguen operando las bestias disfrazadas en el anonimato de aficionados…

Cuando el fanatismo se expulse de por vida del deporte en general, éste será la herramienta número 1 para abolir el sedentarismo, erradicar los vicios, alternativas generadoras de mejor calidad de vida, combate extremo a las enfermedades crónico-degenerativas y más, solo hasta entonces…

PD. Salgan a votar este domingo 2 de junio, por quién quieran, pero voten!!!