MAS ALLÁ DEL AULA

Por: Jacqueline Hernández Escandón

El papel del docente trasciende más allá del aula, impactando en diversos aspectos de la mejora educativa y el desarrollo de la sociedad. La influencia del maestro se refleja en el rendimiento académico de los estudiantes, así como en la cohesión y formación comunitaria, a partir de las relaciones entre educadores y educandos.

En México, donde la labor del maestro ha sido fundamental en el desarrollo y transformación del país. Datos del Gobierno de México, indican que en el cuarto trimestre de 2023 había alrededor de 509 mil docentes de nivel medio y superior, con un salario promedio mensual de 9 mil 100 pesos mexicanos, trabajando aproximadamente 30.4 horas.

El 15 de mayo se conmemora el Día del Maestro en México, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). En el ámbito internacional, la UNESCO celebra el Día de las y los Docentes el 5 de octubre. Ambas fechas reconocen el papel crucial de los educadores en la transformación de la educación y la importancia de apoyar su desarrollo profesional y personal.

Sin embargo, más allá de las cifras, el estar frente a un grupo, el ser maestro implica la oportunidad única de generar un impacto sustancial en las vidas de los demás, construyendo futuros sostenibles y encontrando satisfacción personal.

A partir de ello, el mundo enfrenta una escasez global de docentes, agravada por las precarias condiciones laborales y su baja valoración social. Por ello, es fundamental que la enseñanza se convierta en una profesión más atractiva y valorada, donde se aprecie, confíe y apoye adecuadamente a los docentes para satisfacer las necesidades de todos los alumnos.

A partir de esa reflexión, me lleva a vislumbrar la trayectoria de mi padre, Fernando Hernández García, conocido como “Pac-man”, quién durante 35 años dedicó su vida al servicio de los jóvenes, como docente en el Instituto Tecnológico de Toluca. Es reconocido por su rigor académico, que le hizo ganar entre los estudiantes el afamado dicho de: “Si no tomaste clase con el pac-man, es como no haber pasado por el tec”.

Con su semblante duro y sus números perfectos, muchos lo recuerdan por ser una fuente de inspiración, por respaldar sueños, (y no solo los míos), por confiar y recordar lo grande que podemos ser las juventudes.

Nos olvidamos a menudo que los profesores no solo han sido -o son- nuestros profesores, así como testigos del paso de muchas generaciones de alumnos. Pasan los años y continúan dispuestos a ofrecer su apoyo y orientación, poniéndose de “banquito” -como dice mi padre- para que nosotros los jóvenes podamos salir adelante.

Independientemente de las diferencias individuales, todos coincidimos en reconocer el invaluable papel de nuestros maestros, como arquitectos del conocimiento y los guías de las nuevas generaciones.

Es también una oportunidad para reflexionar sobre las condiciones laborales, la formación continua y el apoyo profesional que se brinda a los educadores. Un maestro motivado y respaldado es esencial para garantizar la calidad y la equidad en la educación. En este Día del Maestro, ¿a qué profesor recuerdas con gratitud?