GRILLANDO

Recuerdo que tenía 14 años cuando por primera vez me integré a una campaña política, en la que como jóvenes nos aplicaban la de mandarnos en las avanzadas y a las calles para promover el voto por determinado candidato, días de mucho trabajo, asoleadas y mojadas por las lluvias, a cambio de la ilusión de crecer en la política, una ilusión algo utópica para la mayoría de los jóvenes en la política.

Curiosamente, no ha cambiado esta práctica, ya que nuevamente, en los pocos casos donde hay campañas por parte de las y los candidatos mexiquenses, nuevamente los jóvenes están en los cruceros y en las calles, a pesar de que hoy existe un ingrediente extra que lamentablemente es la inseguridad.

Hace años era un convencido de que la política mexicana debía estar en manos de los jóvenes para cambiar tantos vicios y corrupción, y hoy lo reitero, sin embargo, creo que los partidos políticos deben entender que la fuerza de la juventud no solo debe ser ocupada en los cruceros, en las avanzadas, en las calles y en aquellas tareas que pareciera, no tienen relevancia.

Si hay algo que podemos criticar en esta elección, es que tanto a nivel federal como estatal, los partidos políticos han carecido de nuevos liderazgos, imágenes frescas y perfiles que realmente le puedan llegar a la gente, lo anterior, porque en su afán de no soltar el poder le han cerrado las puertas a personas valiosas y que actualmente les hacen mucha falta para ganar credibilidad.

Otro aspecto que se debe señalar, es que los pocos jóvenes que vemos con cargos o candidaturas importantes, son los juniors de la política, los hijos de los de siempre que heredan su poder, cerrando nuevamente las puertas a perfiles nuevos.

En otros países del mundo, los relevos generacionales dentro de los partidos políticos han sido fundamentales para seguir vigentes, algo que en México no entienden los partidos políticos que al seguir con sus mismas y nefastas prácticas, lo único que están provocando es que la gente cada vez más los rechace y deje de creer en ellos, algo que podemos ver cada elección con el abstencionismo que es enorme y reflejo de que a la gente no le importa la política.

¡Renovarse o morir! Una sencilla frase que conlleva un gran mensaje y que ojalá algún día entiendan los partidos políticos que deben aprovechar el talento de los jóvenes mexiquenses, a quienes me encantaría brindarles mi voto, en lugar de hacerlo por los mismos “políticos y líderes” de toda la vida, de los que además, ya estamos hasta la madre, porque lejos de garantizar un cambio, son la continuidad a todo lo que ha jodido a nuestro país durante décadas.

LA GRÁFICA DE HOY

Corresponde a los vecinos de Metepec, que desde este fin de semana iniciaron los festejos patronales de San Isidro Labrador que se conmemorará el 15 de mayo, sin embargo, desde el viernes a lo largo de sus calles empedradas pasearon la figura de San Isidro y sus santos para pedir una próspera temporada de siembra y de lluvias.

Lo cierto, es que en esta conmemoración el consumo de alcohol sigue siendo exagerado, algo que se pudo observar en la Feria de San Isidro, que también comenzó y donde lamentablemente queda demostrado una vez más que hay muchas personas que si no embrutecen con el alcohol, significa que no la pasaron bien.

Por ello, es que las autoridades municipales deberán estar atentas al tema de la venta y el consumo del alcohol, pues vivimos tiempos en los que hay que dejar de normalizar el consumo exagerado de bebidas embriagantes, pues siempre tiene consecuencias y muchas de ellas son graves.

Quien me conoce, sabe que no soy fan de la gente borracha y mucho menos mala copa, pero tampoco de aquellos que se ponen violentos o que se sienten muy chingones y toman el volante de un vehículo convirtiéndose en posibles asesinos, algo que insisto, me niego a ver como algo normal.

Así que un llamado al Ayuntamiento de Metepec para que pongan alcoholímetros en la zona, para que revisen a fondo el consumo de alcohol, principalmente en menores de edad, pues lo que debe ser una fiesta, no debe convertirse en una tragedia por la culpa del exceso de consumo de alcohol y la ausencia de autoridad.

Y VA DE CUENTO

El pequeño JUAN CARLOS MATURANA vivía en una aldea de Colombia con su abuela, un pintoresco lugar en el que te jugaba siempre con sus amigos. Una tarde estaba en la calle de tierra jugando con otros niños cuando entró en la casa y preguntó: Abuelaaaa, ¿cómo se llama cuando dos personas duermen en el mismo cuarto y una de ellas está encima de la otra?

La abuela se quedó un poco sorprendida, pero decidió decirle la verdad al pequeño moreno: Mi querido MATURANA, a eso se le llama relaciones sexuales y es algo normal.

El pequeño MATUS dijo: ¡Ah…! Y volvió a salir a charlar y jugar con los otros niños.

Unos minutos después volvió a entrar y dijo todo enojado: Abuelaaaa, no se llama relaciones sexuales, se llaman literas. ¡Y la madre de Juan quiere hablar contigo! Porque yo ya le dije que el blanco y puro soy yo, que tú eres la cochambrosa.

HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en X en @pepenader y en [email protected]