FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR Y XXVIII JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA

02 de febrero de 2024

Sacerdote Daniel Valdez García

 

Hermanos y hermanas en Cristo Jesús

Oficialmente, en la fiesta de hoy, celebramos la presentación de Jesús en el templo y la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

He dicho que toda tradición debe ser explicada, aplicada y actualizada. La fiesta de hoy tiene mucha historia y tradición. Y esa es tarea fundamental de todo sacerdote y de cada padre de familia.

La Biblia y la liturgia tienen arqueología, historia, literatura, moral y espiritualidad, lo cual da una inmensa gama de posibilidades a la homilía. 

1.        Nos centramos en el texto del evangelio. Se hace una triple mención a la Ley para subrayar la importancia de la tradición, y tres al Espíritu Santo sobre la supremacía de la gracia; así que al octavo día del nacimiento de Jesús fue circuncidado (2, 21), pero había que cumplir con otros dos ritos: “La purificación de la madre y la presentación del primogénito”. El precepto no obliga a la purísima Virgen María, pero ella y José, eran respetuosos de dichas tradiciones; al cumplirse el tiempo de los cuarenta días del nacimiento se presentaron en el templo de Jerusalén para la purificación legal de María y llevaron la ofrenda de los pobres, un par de tórtolas o pichones (Lv 12, 1-8; Lc 2, 22-24); el sacerdote recibía a la madre en el escalón más alto, la rociaba con agua lustral y recitaba sobre ella unas oraciones. Después se hacía la presentación del primogénito y su rescate, significa que el niño es “santo al Señor” (Ex 13, 1-2, 11-16.25), Lucas no lo dice, pero se pagaban cinco ciclos de plata, el sacerdote decía: “me entregas a tú hijo o pagas el rescate”. El padre entregaba las monedas al sacerdote el cual las ponías obre la cabeza del niño y hacía las oraciones correspondientes (Num 18, 15-16), eso signifca que he entregar al Señor como ofrenda lo primero y lo mejor de todo. María y José obedientes a Dios encontraban en él la fuerza para vivir felices y en paz con todos. 

El pasaje no dice que Simeón fuera anciano, lo deducimos de sus palabras “Señor, ya puedes dejar morir a tu siervo en paz”. La ley pedía dos testigos, y serán Simeón y Ana la profetisa de la cual  se dice que  era muy anciana; y he aquí la novedad en la tradición las mujeres no podían ser testigos, así que Jesús viene a dar la máxima igual y derechos a las mujeres que la hombres como lo hará en su vida pública (Dt 19,15). La luz de la Navidad se vuelve a poner de relieve en las palabras de Simeón, puesto que esperaba la consolación de Israel: «Luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel», pues todos verán la salvación, ya que su presencia luminosa orienta aún a los más alejados (Lc 2, 25-38); él abrazo y bendijo al niño. La profetiza Ana dio gracias y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Simeón y Ana representan a todos aquellos que representan la  espera porque la paciencia todo lo alcanza; María y José ya tienen la esperanza cumplida en Cristo (Gál 4,4).

2. Esta fiesta en el Oriente se celebraba desde el siglo IV llamada “Fiesta del Encuentro” y la celebraban el 14 de febrero, porque ellos celebran la Navidad el 6 de enero, de ahí salen los  cuarenta día que ya hemos escuchado, porque Jesús “encuentra” el templo y sus sacerdotes, pero también a Simeón y Ana, figuras del pueblo de Dios. Y en Roma, con carácter litúrgico de Fiesta, la instituyó el Papa Gelacio en el siglo V en sustitución de las fiestas paganas de purificación y lustración, para recordar a Jesús “Luz de las gentes”, además de que en ese tiempo no había luz y las gentes llevaban a bendecir las candelas o velas que ocuparían, de ahí que la gente dijera: “ésta sí que es una candelaria”; el Papa, el clero y los fieles iban descalzos en procesión a la basílica de Santa María la mayor, y eso nos recuerda la pronta cuaresma que hemos de recorrer con los pies descalzos y las almas desnudas (Gn 2, 25).

Por otro lado, la fiesta de la Candelaria Y hacia el siglo XV, en Canarias se dio la aparición de la Virgen con una vela en su mano izquierda, para celebrarla la gente llevaba una vela. Con la llegada de los frailes a la Nueva España se encontraron con el mito de que los dioses hicieron al hombre del maíz, entre los productos destacaban los tamales, y nuestros ancestros celebraban el inicio del año dedicando a Quetzalcóatl y los comían en su honor. De ahí que el 2 de febrero las familias católicas vistan la imagen del niño y la lleven a bendecir, a quien le tocó el muñeco de la rosca es el padrino o madrina y comen tamales. Este mestizaje cultural también se dio en el río Tlacotalpan en Veracruz donde se daba culto a la diosa del mar, y para evitar esto se hace el bellísimo paseo por el río con la imagen de la virgen de la Candelaria en las embarcaciones. Y claro que las mujeres de la voda consagrada dieron su aporte, ellas elaboraron hermosos vestidos para el niño Dios y lo llevaban a presentar en el templo, de ahí que nosotros lo hacemos especialmente en México.

3. Como nos lo indica la liturgia de hoy, hemos tenido la bendición de las velas, de las imágenes, bendije a los niños vivos, las semillas de maíz y hemos venido en procesión hasta el templo. Hoy  es el día de la candela, de la luz tenue, que se convertirá en un gran cirio adornado en la noche de la Pascua en la madre de todas las vigilias. Tengan en cuenta que hay “bendición invocativa”, como cuando ustedes bendicen sus alimentos, a su familia y su trayecto; y la “bendición constitutiva” que hoy hacemos los sacerdotes nos ayude a todos tengamos una mejor vida sacramental. 

La actitud de María y de José nos ayudan a dimensionar el auténtico valor de la tradición y la primacía de la gracia. Las tradiciones, los ritos y la gracia alientan nuestro encuentro, nuestra relación con Dios y con la sagrada familia. Cuidemos que con cierta frecuencia se ignoran esos rituales o se dejan a la sola piedad popular. Yo quiero agradecer, especialmente, al grupo de hombres que se han tomado la molestia de traer dignamente la imagen de la Virgen de la Candelaria y dar a los presentes una vela que he bendecido antes de la procesión.  Esas velas úsenles cuando hay momentos difíciles, que no son pocos.

La Virgen María es presentada como modelo de transparencia, más que como ejemplo de sufrimiento; la espada es signo de que Dios se revela en Jesús para ver lo más profundo del ser humano para apreciar, promover y multiplicar las buenas intenciones. Ella es modelo de toda comunidad que “custodia la Palabra en su corazón”. 

La Presentación del Señor nos invita una vez más a salir al encuentro de Jesús, nos renueva la invitación de conocerle, amarle y seguirle, y en los ancianos Ana y  Simeón se nos muestra que, Simeón vivió su vida esperando la consolación de Israel, y  Ana servía en el templo de día y de noche.

  

Oremos en unión con toda la Iglesia por los niños vivos que hoy son bendecidos, por los religiosos y religiosas que son “testigos de esperanza y alegría” siendo un don para la Iglesia y la humanidad. Y como María «custodiemos en el corazón la Palabra de Dios», pues “el Verbo se hizo carne” (Jn 1, 14) y ahora  se hace Eucaristía (6, 52-55) que viene a nuestro encuentro para darnos fuerza, vivir felices y en paz.

Amén, amén, Santísima Trinidad.